Monday, February 10, 2014

La casa gris

Todas las maderas de la casa crujen. Las tablas del piso se encogen con el frío de Agosto y se expanden con el calor de febrero. Originalmente eran marrón rojizo, pero con el paso del tiempo adquirieron un color blancuzco por la sal y humedad del aire que viene de la playa, directo por el malecón. El sonido de las maderas viejas y húmedas se confunde con la presión de los pasos de la familia que se mueve perdida dentro de la casa. A veces parecen el eco de los pasos andados cincuenta años atrás, con mucha más fuerza e ímpetu, cuando la casa todavía tenía un aire alegre, las ventas eran traslúcidas y el jardín no tenía perros enterrados. Siempre parece estar vacía, a pesar del sonido de los pasos o las voces de las jóvenes que en algún momento ocuparon una de las habitaciones del segundo piso. Sin embargo, detrás de ese vacío se percibe algo: una mirada, el eco de recuerdos, el paso de los años y las tragedias de la familia. 

Para los extraños a la casa, la sensación de ser observados es inmediata y espeluznante. No se equivocan, son observados. Nadie que haya muerto en la casa descansará mientras ella siga de pie con ese aire tan triste. Hasta que la casa desaparezca y aun así. La tristeza y el color gris y apagado de las paredes no es característica individual de la casa, sino de la familia que vive atormentada con lo que fue, lo que pudo ser y no fue. Nadie se salva de ese sentimiento de soledad y arrepentimiento. Viven alejados entre sí, porque la vista de unos con otros es el reflejo palpable de lo que quedó atrás, ya no existe y hace tanta falta. La familia murió en gran parte cuando mi abuelo falleció, y cayó por completo en lo grisáceo cuando mi abuela siguió a su amor cincuenta años después. 

Y ahora, cuando por fin la casa que antes era un punto gris de soledad ya no existe, es añorada como el último pilar de unión de la familia, mientras sus miembros y todos aquellos que pasaron por ella intentan ponerle el verdadero color a sus recuerdos y sus vidas. Todos seguimos cargando la casa, la llevamos dentro.