Saturday, December 11, 2010

De vuelta por estos lares

Hace casi un mes que no escribo en el blog porque he estado trabajando demasiado. Por fin tengo ahora algo de tiempo libre, así que dedicaré este fin de semana para escribir algo nuevo.

Mientras tanto, les aviso que ya se han publicado la lista de actividades académicas del Centro Cultural de la PUCP para enero y febrero y están más que interesantes. Yo ya me matriculé en el taller de narrativa con el escritor Alonso Cueto. Además se han abierto talleres de teatro, redacción, guión, dramaturgia, cine, escritura creativa, etc. Aquí les paso el link para las inscripciones.

Finalmente, espero que todos hayan podido escuchar o leer el discurso de aceptación de Mario Vargas Llosa en la entrega del Premio Nobel. En caso que todavía no lo hayan hecho, lo pueden leer en este pdf o ver en este video.

¡Buen fin de semana!

Friday, November 12, 2010

The Bell Jar de Sylvia Plath

Anoche terminé de leer The Bell Jar. Es la historia de Esther Greenwood, una chica de 19 años que se desliza, por decirlo de alguna manera, hacia la depresión. La primera mitad del libro nos presenta a una Esther más o menos normal, estudiante de una prestigiosa universidad y que se encuentra haciendo prácticas en una conocida revista en Nueva York. En primera persona y mezclando flashbacks y raccontos, la protagonista nos cuenta detalladamente sus pensamientos y los eventos que marcan su vida a modo de confesión. A medida que van pasando las hojas, uno comienza a percibir cierta apatía y desgano, pero de forma sutil, casi como si uno mismo estuviera cayendo lentamente en una estado de somnolencia. 

Hacia la mitad del libro ocurre el punto de quiebre, cuando Esther regresa a su casa para pasar ahí el resto de sus vacaciones de verano. Primero aparece el insomnio, dos, tres, cinco, siete, hasta quince días sin dormir. Luego la incapacidad de comer y finalmente, lo peor, no poder leer ni escribir. El primer psiquiatra que la atiende le receta de frente terapia de shock y Esther se rehúsa a regresar. Intenta suicidarse una y otra vez, fallando siempre, hasta que finalmente se esconde debajo de su casa y se toma una botella entera de somníferos. Después de ese evento, Esther es internada en varios hospitales psiquiátricos. 

La segunda parte del libro trata de sus experiencias en esos hospitales y su constante ir y venir en el camino hacia la mejora. Sí, se que suena terriblemente depresivo, y lo es, pero el libro tiene algo que atrae, casi como si algún amigo cercano nos estuviera contando su propia caída en la depresión. Es un libro inteligente, perspicaz, lleno de imágenes y opiniones acerca del mundo. Pero no pude evitar sentirme algo deprimida y apática mientras lo leía. En cierto momento pensé en dejar de leerlo porque el libro transmitía demasiado bien la depresión de esta chica y comenzaba a deprimirme yo también. Al final no pude dejarlo hasta que terminé. Eso sí, he decidido leerme El Principito o Harry Potter para sacarme el aire depresivo que me ha quedado. Creo que lo que más afecta es saber que es un libro semi-autobiográfico y que Sylvia Plath terminó suicidándose 10 años después de su publicación. 

Éste es un ejemplo perfecto de como las cosas que leemos afectan nuestros estados de ánimo y el transcurso de nuestros días. Un excelente libro, un verdadero insight en una mente brillante pero trastornada. Lo recomiendo, pero seguido obligatoriamente por caminatas bajo el sol y helados de vainilla. Por favor.

Monday, November 8, 2010

Una groupie de Baryshnikov

Sé que mi blog es de literatura pero no puedo dejar de escribir acerca de esto. Para los que no lo saben, el ballet es mi segunda pasión, después de la literatura. Comencé a bailar a los 4 años y me enamoré por completo de la danza. Bailar me llena de una manera increíble, me hace feliz y me libera. Es una catarsis y el mundo no existe cuando bailo. 

Vi bailar a Baryshnikov por primera vez en una versión de Don Quijote del American Ballet Theatre. Cuando digo que lo vi, me refiero por supuesto a que lo vi por la televisión. Me enamoré por completo de él y desde entonces ha sido mi ídolo, junto con García Márquez, Córtazar, Vargas Llosa, etc. Es una de esas personas legendarias que dejan una huella incluso sin haberla conocido. Siempre me imaginé bailando con él. 


Cuando me enteré que Baryshnikov venía a Lima me emocioné. Compré las entradas (para mi mamá también ya que mi amor por el ballet y por Baryshnikov es algo que comparto hasta las lágrimas con ella) e hice la cuenta regresiva hasta hoy. La presentación de hoy "Tres solos y un dúo" junto a la bailarina española Ana Laguna fue fascinante. No importa cuántos años tenga, cuánto tiempo haya pasado o que ahora baile danza contemporánea: Baryshnikov es un genio en todo lo que hace. Creo que nadie ha aplaudido tanto como nosotras, o gritado tanto como nosotras. Al final de la función, cuando salieron por última vez al escenario para despedirse, he aplaudido con tanta fuerza y gritado "bravo Mischa" que el propio Mischa nos miró, nos señaló y se rió.


Al salir vimos un grupo de gente esperando en la puerta del backstage. Al instante saqué mi lapicero, abrí la página del librito que regalaron en el teatro, en donde sale la foto de Mischa y corrí con mi mamá. En verdad, corrí detrás de mi mamá. No se quién estaba más emocionada, si ella o yo. Por fin salió y comenzó a firmar autógrafos. Llegué a pararme a su costado, mientras mi mamá le daba el librito para que lo autografiara. Lo único que atiné a decirle fue "we looooooove you". Así, con énfasis en la "o". Mi mamá sí llegó a decirle algo más pero ya no estoy segura qué. Me miró directamente y me dijo "thank you" con ese acento ruso que vuelve loca a mi amiga Inés. 
Mi mamá sigue dando saltos de felicidad. He conocido a uno de mis ídolos de toda la vida, a alguien que admiro tanto. Hoy no voy a dormir. Parezco una groupie de una banda de rock, una de las fans de los Beatles en los años 60. Pero no puedo evitarlo. La emoción se me sale por los dedos. Necesito bailar.

Saturday, October 30, 2010

Leer es una adicción

En la vida tenemos ciertas necesidades básicas que alimentar constantemente. Para mí la necesidad de leer se ha vuelto una de ellas. 

Es sábado por la noche, ya me terminé el libro que estaba leyendo y siento la imperiosa necesidad de salir a comprar un libro nuevo. Si bien es cierto que tengo toda una biblioteca de libros leídos en mi casa, ahorita mismo siento las ganas por algo nuevo. Es porque cada libro nuevo es como salir de viaje a algún lugar desconocido. Me emociona y por más que suene algo aburrido para algunas personas, quedarme leyendo un sábado por la noche es una de mis formas favoritas de pasar mis fines de semana. 

Muero de ganas de pasar por una librería en este instante. Es relativamente temprano, tan sólo las 9 pm y siendo sábado, la hora perfecta para salir, pero Renzo no ha dormido en 36 horas y despertarlo para salir a comprar sería terriblemente cruel. El problema es que me siento como una adicta con unas ganas horribles de su nuevo fix. ¿Qué hago? ¿Comer mucho chocolate y releer a Coetzee? Ya sé, la respuesta perfecta a mi adicción: escribir. 


Sunday, October 24, 2010

Feria del Libro Ricardo Palma

Del 22 de octubre al 01 de noviembre se llevará a cabo la Feria del Libro Ricardo Palma, en el parque Kennedy de Miraflores. Éste año la Feria incluye el tributo a Mario Vargas Llosa y se venderán primeras ediciones de sus obras (algunas autografiadas) en el stand de La Casa del Libro Viejo.

Además se darán recitales, conferencias y conciertos. La Feria promete y estoy más que contenta porque regresó a sus orígenes de Miraflorinos. :)

Thursday, October 7, 2010

El Premio Nobel es peruano

Hoy es un gran día. Me desperté con la noticia de que Mario Vargas Llosa había recibido el Premio Nobel. No puedo dejar de comentar lo feliz que estoy, no sólo porque uno de mis escritores favoritos recibió el premio, sino también como peruana. Éste es un paso más hacia adelante para las letras peruanas y todos sus representantes. ¡Hoy es para celebrar! ¡Grande Mario!

Monday, October 4, 2010

Conversación en La Catedral de MVLL

Ser una peruana que se quiere dedicar al mundo de las letras hace que sea inevitable referirme a Mario Vargas Llosa. Creo que absolutamente todos los escritores peruanos post boom se han visto influenciados por Vargas Llosa. Ya sea de forma positiva o negativa, en estilo, técnica, bagaje cultural, movimiento o motivación, todos han (hemos) tomado aunque sea una pizca de su obra.

Mario Vargas Llosa posee muchas facetas: escritor, académico, político, líder de opinión, padre de familia, etc. Mucha gente mezcla sus facetas cuando hablan de él, pero a mí particularmente sólo me importa su faceta de escritor. Y además, quiero ser lo más específica posible: en este post quiero enfocarme en el que yo considero es el mejor de sus libros, Conversación en La Catedral.

Este podría ser un resumen del libro: Santiago Zavala, un joven periodista, hijo de un magnate del régimen del General Odría, se encuentra con el antiguo chófer de su padre. Deciden sentarse a conversar en el bar La Catedral, mientras Santiago comienza a desplegar su necesidad por encontrar una explicación a algunos eventos ocurridos en su familia. Esto lleva a la narración de diferentes historias (de amor, sexo, crímenes, política, corrupción, etc.) que parecen estar deslindadas unas de otras, pero que al final tienen un vínculo que acomoda y mueve toda la historia en general.

La mayoría de críticos han preferido poner énfasis en la importancia social de la novela. La eterna pregunta de Zavalita, “¿en qué momento se había jodido el Perú?” plantea un dilema que todos queremos responder. Lima la horrible y el Perú en general se ven grises y sin maquillaje. A pesar de que la novela se desarrolla en los años cincuenta, la historia sigue siendo vigente. El Perú y su criollada no han cambiado mucho.

La crítica social es un tema recurrente en los libros de MVLL; en la gran mayoría se refleja su percepción de la sociedad. Pero éste es mi favorito por las técnicas, estilos, fondos y formas. MVLL hace un genial despliegue de todo su talento y genio creador. El exquisito uso de técnicas literarias, que para otros hubieran sido una definitiva condena al fracaso, hacen de esto libro una verdadera obra de arte y una cruda y real mirada a la sociedad del poder en el Perú.

La novela se desarrolla de manera fluida, a través de diálogos que alternan flashbacks, raccontos y flashforwards. Además, Conversación en La Catedral es una historia que engloba otras muchas historias entrelazadas. Al comienzo es un poco confuso para el lector desprevenido, que tiene que mantenerse al tanto y alerta de toda la información o datos que el narrador o narradores nos proporcionan. Parece que la cronología de la historia y sus personajes es un rompecabezas sin armar. Pero ésa es la genialidad del libro. La satisfacción que se siente al encontrar el lugar de una pieza y al final, cuando el rompecabezas está armado, es el gran efecto de la novela.

La intensidad de la prosa es abrumadora. Éste no es de esos libros que se leen y uno olvida al poco tiempo; queda y regresa a nuestra memoria de manera constante. Y para los peruanos, la eterna pregunta de Zavalita resuena casi de manera insoportable. Como dice el escritor Fernando Iwasaki, “En Conversación en La Catedral Vargas Llosa ha puesto la lengua en la llaga”.

Wednesday, September 8, 2010

VIDEO: 5 minutos con Ian McEwan


Por esto es que todavía tengo una cuenta de Twitter, por los links a los videos y otros sitios que se twittean y que valen la pena ver.

Aquí les paso el link a una entrevista que se le hizo a Ian McEwan hace poco. Habla sobre la importancia del ejercicio de la escritura y sus fuentes de inspiración. Muy interesante.


(Nuevo post el fin de semana)

Friday, August 27, 2010

Libros con una connotación especial

Todo el mundo tiene alguna canción que le hace recordar un momento específico de su vida. Olores, lugares, sabores, etc. que quedan eternamente relacionados con algún momento, algún evento o alguna persona en particular. Por ejemplo, escuchar “Uptown girl” de Billy Joel me hace regresar al viaje que hice a Punta Sal con mis papás cuando yo tenía sólo cinco años. En esa época estaba de moda y la pasaban frecuentemente en el restaurante del hotel. El olor a libros viejos me hace recordar a mi mamáma Ida y el sonido de los tacos de los zapatos me hace pensar en mi mamá dando vueltas por toda la casa en las mañanas, antes de salir a trabajar.

Lo mismo me pasa con algunos libros. Son los libros que siempre regreso a leer cuando tengo ganas de sentirme protegida. Es una sensación rara porque no son necesariamente libros con un final feliz, sino que simplemente me hacen sentir como la primera vez que los leí, me hacen sentir cómoda y nunca me aburren. No podría llamarlos mis libros favoritos porque hay muchos otros más que regreso a leer siempre, pero esta lista de libros en particular tiene un efecto especial en mí. Quizás son los que más me hacen recordar por qué me gusta tanto la literatura y por qué puedo pasarme horas y días enteros dedicados a la lectura.

Estos son los libros:

- Rayuela (Cortázar)

- Cien años de soledad (García Márquez)

- El Amor en los tiempos del cólera (García Márquez)

- Crónica de una muerte anunciada (García Márquez)

- Ivanhoe (Walter Scott)

- El nombre de la rosa (Umberto Eco)

- Orgullo y prejuicio (Jane Austen)

- Jane Eyre (Charlotte Bronte)

- Cumbres borrascosas (Emily Bronte)

- El conde de Montecristo (Alexandre Dumas)

- Un mundo para Julius (Alfredo Bryce Echenique)

- La señora Dalloway (Virginia Woolf)

- Harry Potter (J.K. Rowling)

- Conversación en La Catedral (Mario Vargas Llosa)

- La invención de Morel (Adolfo Bioy Casares)

- Madame Bovary (Gustave Flaubert)

- Las desventuras del joven Werther (Goethe)

- Momo (Michael Ende)

- Las tradiciones peruanas (Ricardo Palma)

Como dije, ésta no es una lista de mis libros favoritos. Faltarían muchos más para completarla. Estos son los que regreso a leer cuando tengo ganas de sentirme bien. Cuando tengo ganas de refugiarme en la literatura y sentirme cómoda. Cada uno tiene una connotación distinta. Por ejemplo, García Márquez me hace regresar a mi época de colegio, cuando descubrí cuánto me gustaban sus libros. Además, es con Cien Años de Soledad que supe que me quería dedicar a escribir.

Los libros de Harry Potter me acompañaron toda mi adolescencia y me hacen pensar en la época en que yo también soñaba con recibir mi carta de Hogwarts (en verdad todavía sueño con eso de vez en cuando). Los libros de Mario Vargas Llosa, Bryce Echenique y Ricardo Palma me llevan a un verano en que me la pasé encerrada en mi cuarto leyendo casi todos sus libros. Sé que pasarse el verano encerrada no suena muy bonito, pero para mí fue lo mejor. Tenía todo el tiempo del mundo para dedicarme a leer, sin ninguna otra obligación o tarea que hacer. Prefería leer que salir a achicharrarme bajo el sol y la humedad limeña.

Los libros de Scott, las hermanas Bronte, Jane Austen y Virginia Woolf pertenecen a una época en que me obsesioné con la literatura inglesa. Hay muchos más libros de literatura inglesa que me fascinan, pero son los libros que he mencionado los que me dejaron esa sensación de comodidad.

Y así, todos los demás tienen una connotación especial. Los libros siempre han sido mi refugio, pero éstos son el refugio dentro del refugio.

Y para ustedes ¿cuáles son los libros con esa connotación especial?

Friday, August 13, 2010

24 años

Hoy viernes 13 cumplo 24 años. Para mucha gente es un día de mala suerte, pero yo he comprobado con el paso de los años, que cuando mi cumpleaños ha caído viernes 13, siempre la he pasado mejor. De repente es porque como es viernes, lo puedo celebrar el mismo día y no tengo que esperar hasta el fin de semana; aunque la verdad desde mis 15 siempre he estado un poco reacia a celebrar mucho mis cumpleaños, a veces por un poco de flojera, otras por no tener ganas, etc.

Pero este año ha sido tan distinto en casi todos los aspectos de mi vida, han cambiado muchas cosas para bien, así que de la misma forma, he decidido hacer algo más grande para celebrar mis 24 años. Planeo celebrarlo comiendo rico (indispensable para una peruana) y con buena compañía. Todo apunta a que lo voy a pasar bastante bien. Y como regalo para mi misma, planeo comprar varios libros nuevos que hace tiempo quiero leer.

Además, he descubierto que el 13 de agosto es el día internacional de los zurdos, que el 13 de agosto de 1899 nació Alfred Hitchcock, el 13 de agosto de 1926 nació Fidel Castro y en 1967 Amelie Nothomb. Vaya mezcolanza.

No estoy muy segura por qué la tradición considera a este día como de mala suerte, me parece que algún Papa mandó a matar a los caballeros templarios en un viernes 13. No importa. Hoy es mío.

Monday, August 9, 2010

La falta de tiempo


Es un problema constante. Existen tantas cosas que hacer que los minutos se me pasan rápido y nunca termino. Estoy intentando balancear mi vida laboral, que siempre está repleta de cosas que terminar, enviar, revisar, etc. con mi vida personal con la familia, amigos, hobbies y demás, mientras que al mismo tiempo trato de crearme un horario para escribir de forma diaria y constante. Todavía estoy tratando de encontrar el balance. La frase “tengo demasiado trabajo” se ha vuelto frecuente y me encuentro últimamente llegando tarde a mi casa y dedicando mis únicos momentos libres del día (o de la noche mejor dicho) a leer. Porque sin leer no me la puedo pasar. Escribo por partes, en hojas sueltas y cuando por ahí tengo un respiro. Hoy fue mi primera tarde libre después un tiempito y me dediqué con tranquilidad a leer y escribir. Qué bien se siente. Es como tomar agua después de estar con sed mucho rato. No me quejo de la cantidad de trabajo, me gusta mi trabajo y en tiempos como los de ahora, agradezco tener un trabajo que además disfruto, pero a veces quisiera que los días tuvieran 26 o 27 horas. Así me daría tiempo para hacer todo lo que quiero hacer durante el día. Como tomar agua más seguido, por ejemplo.

Tuesday, August 3, 2010

Una obra maestra: Atonement (Expiación) de Ian McEwan

Desde hace un buen tiempo que quiero escribir acerca deAtonement (Expiación en español) de Ian McEwan. Me he demorado un poco porque a veces es un problema poder plasmar cuánto me gusta algo. Siento que me quedo corta en la respuesta a esta pregunta: ¿por qué me gusta tanto este libro? Hay un montón de motivos. Pero mejor vamos por orden.

Lo encontré merodeando la Casa del Libro en Barcelona. Mientras estuve por allá, aproveché para comprar libros que generalmente no se encuentran en Lima.Atonement fue uno de ellos.

En resumen, y sin malograr a los demás al final de la historia: Briony Tallis es una niña de trece años de la clase alta inglesa que tiene el sueño de ser escritora. El año es 1935 y ella se encuentra en medio de la complicada transformación de niña a adolescente. Es testigo de un encuentro entre su hermana mayor, Cecilia, y el hijo del ama de llaves, Robbie y no entiende qué sucede, creando en su cabeza una historia fantástica. Diferentes eventos llevan a Briony a confundir la realidad con lo que ella cree que es la verdad y por ende, a cometer un delito a través de una mentira. Esa mentira cambia las vidas de todos los personajes de la novela. Con el paso de los años y al entender por fin que ha cometido un crimen, Briony se pasará el resto de su vida tratando de expiar sus pecados. Si lo logra de verdad o no es algo que se descubre al final de la novela.

Mi experiencia leyendo el libro fue maravillosa. Me atrapó desde un primer momento, a pesar de tener un comienzo lento, como dicen algunas personas cuando toma más de un capítulo en llegar al clímax. Pero para mí, eso fue perfecto. McEwan posee un lenguaje exquisito que atrapa, envuelve sutilmente, te enamora, te seduce y no te deja más. Nos va presentando los personajes de forma pausada, pero profunda. Me encanta como utiliza el discurso indirecto libre para acercarnos al mundo interior de los personajes. El lector no se da cuenta del constantezoom in y zoom out que hace el autor a través de la novela y la forma como va construyendo la tensión. Uno no sabe qué va a pasar exactamente, pero intuye, siente, que algo malo va a pasar y eso comienza a generar esa angustia, la emoción que luego, cuando la desgracia cae sobre los personajes, nos hace parte de ella y nos deja sin aire.

La construcción de sus personajes es impecable y Briony Tallis es un personaje excepcional. McEwan nos presenta el mundo interior de esta niña para hacernos comprender por qué es que el mundo imaginario de Briony tiene un papel fundamental en el desarrollo de la historia. Además, los amantes en desgracia, Cecilia y Robbie se desarrollan de la misma manera. Entramos en sus cabezas sin darnos cuenta que el narrador está cambiando y los conocemos, los sentimos. Exploramos con ellos la emoción de lo desconocido, la pasión de su amor y la desesperación de su desgracia.

Otra genialidad es que en verdad son dos novelas en una. Ambas historias comparten tres cuartos de la novela y luego se bifurcan, de manera delicada y sin que lo notemos. Cuando llegué a la última parte de la novela y entendí por fin toda la historia, me quedé con la boca abierta durante unos diez minutos. No sólo por el final de la trama, sino por la belleza en general del libro, sus recursos, las herramientas, todo en conjunto.

La novela explora los diferentes aspectos del amor, la ingenuidad, la culpa, la vergüenza, la ira y la traición. La trama está muy bien armada, no hay cabos sueltos, no hay sobras que queden colgando, sin explicación, de algún lado.

McEwan refleja al detalle la sociedad inglesa de la pre-guerra, la cruda realidad de la guerra y todos los recovecos de la culpa y vergüenza de Briony.

El término obra maestra no es utilizado frecuentemente. Pero es libro definitivamente es una obra maestra. No me canso de leerlo. Lo leí por primera vez en febrero y ya van tres veces que lo leo completo desde entonces. Los flechazos y amores a primera vista no son sólo para las personas. Es para los libros también. Atonement fue un flechazo y me enamoré sin remedio de la novela.

Wednesday, July 28, 2010

¡Feliz 28!

¡Feliz Día de la Independencia para todos los peruanos! :)

Prometo post para el fin de semana.

Monday, July 12, 2010

Escribiendo

Siempre me ha gustado escribir. Es así desde que aprendí a hacerlo. De niña siempre llevé diarios, casi hasta el final de mi adolescencia. Después esos diarios se transformaron en cuadernos de catarsis donde plasmé experiencias, ideas, reflexiones, cuentos e incluso uno que otro poema. Escribo en un cuaderno de forma continua, así que esta actividad no es ajena a mi vida diaria. Pero también es cierto que lo hago de manera desordenada y quizás esa sea la razón de mis problemas de inspiración y desarrollo de ideas.

Mi mayor preocupación en este momento es que tengo que presentar un manuscrito de 25 páginas para el final del taller de novela. El proyecto me emociona muchísimo pero cuando me senté a revisar algunas de las cosas en las que ya he estado trabajando, me doy cuenta que las ideas están a la mitad. Empiezo una y no la termino y me paso a otra. Un desorden. El profesor dijo en el taller que uno de los grandes defectos de los aprendices de escritores es que no tienen una buena capacidad de autocrítica. Piensan que todo lo que hacen es perfecto y que han sido tocados por el dedo de Dios. Conmigo pasa exactamente lo contrario. Siento que todo lo que escribo está mal, vacío. Esta inseguridad no es productiva.

Además debo dejar de distraerme. He decidido escribir estas 25 páginas a mano. Si las escribo en la computadora, el Facebook o el MSN me llaman con mucha insistencia. O termino escribiendo en el blog, como estoy haciendo ahorita.

Wednesday, June 30, 2010

Talleres de Literatura

Quería avisarles que en el mes de julio se han abierto dos talleres muy chéveres en el Centro Cultural de la PUCP:

- Análisis y creatividad literaria, dictado por Edmundo Paz Soldán.

-Novela, dictado por José de Piérola

Se ven muy buenos y yo ya reservé mi vacante para el de novela. Si alguno se anima, me verán por ahí.

Thursday, June 24, 2010

Tennyson, Scott, Faulkner y la mamáma Ida

Si tuviera que elegir una palabra para describir a mi familia paterna sería ingrata. Y me incluyo dentro de esa descripción. Todos son buenísimos pero terriblemente ingratos. Especialmente la generación de mi padre y sus hermanos. Ellos se ven máximo una o dos veces al año y todos viven en la misma ciudad. Se quieren sin duda, pero son muy raros, reservados a un extremo poco saludable. Todos han sido siempre un enigma para mí, nunca se sabe que está pasando por sus cabezas. Y quizás el misterio más grande de todos fue mi abuela, no necesariamente porque ella fuera tan reservada, sino porque la familia en general tenía una relación un tanto distante, siempre evitando hablar de los temas peliagudos, estancándose en el pasado y manteniéndose dentro de su coraza.

Debido a esa relación distante de mi papá con mi abuela, yo no la llegué a conocer a fondo. Pero siempre quise saber qué había detrás de esos profundos ojos grises. Sólo conocí la superficie: sus maneras elegantes, su hábito de levantarse a las 4 am para leer, los toffees que tenía en el cajón de su mesa de noche y que todos sus nietos siempre le estábamos robando, sus deliciosos postres, las anécdotas de su infancia que le gustaba contar… Mis hermanas mayores, en cambio, sí tuvieron la oportunidad de conocerla mucho mejor y la influencia que ejerció mi abuela en sus vidas la convirtió en su indiscutible heroína.

Lamentablemente yo era muy chica mientras mi abuela estaba todavía lúcida y para cuando crecí y comencé a vislumbrar de a pocos la extraordinaria mujer que era, mi abuela había comenzado a retroceder en el tiempo, mezclando épocas y personas, aunque con la misma voracidad por la lectura y por los dulces. Finalmente murió en julio del 2005 a los 92 años.

Unos días después de su muerte, fui con mi papá y mi hermano a visitar la casa de San Miguel, donde mi abuela vivió durante más de cincuenta años y que con el tiempo se convirtió en el Macondo de mi familia, y mi tío Fernando me dijo: “Creo que sólo a ti te gusta leer tanto como a mi mamá. ¿Por qué no te llevas sus libros? Nadie más los va a querer leer.”

Y me los llevé. Más de cien libros, incluyendo primeras ediciones, libros fuera de circulación, sus libros del colegio, etc. Fue como heredar un tesoro, pues encontré verdaderas joyas de la literatura que así nomás no se encuentran en cualquier librería de Lima. Ordenando sus libros encontré Idylls of the King de Alfred Tennyson, Ivanhoe de Walter Scott en el inglés original, Luz de Agosto de William Faulkner, las obras completas de Flaubert, Dickens, etc. Todas esas obras, en especial las de Tennyson, Scott y Faulkner me abrieron la puerta a un nuevo mundo. Me enamoré por completo de Tennyson, me obsesioné con Scott y quedé fascinada con Faulkner. Es así, a medida que iba leyendo todos esos libros, que me iba haciendo una idea más clara de quién era mi abuela y resultó que soy muy parecida a ella. Definitivamente heredé mi amor por las letras de ella (además de mi madre). Creo que de toda mi familia, ella hubiera sido la más contenta con mi meta de convertirme en escritora. Me hubiera encantado tener su opinión.

Mis libros son una de las posesiones más preciadas que tengo y sé que también los suyos lo eran para ella. Por eso cuando los traje a mi casa y comencé a desempolvarlos, forrarlos y leerlos, sentí como si estuviera estableciendo una conexión más fuerte con ella. Como si ella me estuviera mirando con satisfacción. El primer día que sus libros estuvieron en mi casa, mi hermano jura que vio a la mamáma parada en el comedor. Supongo que estaba asegurándose que sus libros no se perdieran.

No hay un día que no me arrepienta de no haber superado esa distancia estúpida que había en la familia. Pero a pesar de eso, mi abuela ha dejado una huella importante en mi vida. La he conocido un poco más a través de sus libros y las notas que escribía en los márgenes. Me atrajo más al mundo de la literatura, leí y releí todos sus comentarios, sus anotaciones.

Es por eso que Tennyson, Scott y Faulkner estarán eternamente relacionados con la mamáma Ida. Ella me los presentó y leerlos me lleva siempre a pensar en ella.

Monday, June 21, 2010

La pregunta

Mientras preparo mi siguiente post, he decidido compartir con ustedes una reflexión que me dejó pensando bastante.

Estaba leyendo Los largos oficios inservibles de Eduardo Chirinos (Editorial Norma – 2004), excelente libro acerca del amor al oficio de escribir, cuando me encontré con la siguiente pregunta que hace el autor: “¿adónde van las horas gastadas en escribir y leer?”. Es una pregunta difícil de responder y supongo que depende de cada uno, pero me gustó mucho la conclusión a la que llega el mismo autor y que ahora quiero compartir con ustedes:

“(…) lo único que se obtiene es la conciencia de que nunca estamos solos, que el pálido premio de una página justifica cualquier desvelo si nos devuelve nuestra verdadera cara: la de aquellos lectores que se reconocen haciéndola suya”.

Exacto.

Monday, June 7, 2010

¿Cómo nacen las buenas ideas?

Creo que en este momento en específico, el nombre mi blog se aplica al 100%. La ley de Murphy es un fastidio. Cuando estoy en el trabajo, en el micro, atorada en el tráfico o con sueño, se me ocurren las mejores ideas, desarrollo posts enteros en mi cabeza y reniego por no poder sentarme a escribir tranquila en ese momento. Algunas veces he tenido la suerte de tener un papel y lápiz cerca y anotar la idea para no olvidarla. Pero no es lo común. A veces parece que mi cerebro me juega bromas pesadas y me manda la inspiración cuando estoy apretujada en el mar de gente que se sube a los micros los lunes a las 8 de la mañana. Pero eso no es lo que más fastidia. Lo que más me fastidia es cuando, en momentos como el de ahora, cuando tengo el tiempo, el espacio y las ganas de sentarme a escribir, no se me ocurre absolutamente nada. Y es como un círculo vicioso, porque mientras más me esfuerzo por producir una buena idea, menos se me ocurre; me pongo de malhumor, lo que no es muy difícil para mí y ya hasta comienzo sentir que el papel en blanco de la PC o mi cuaderno se está burlando de mí.

¿Cómo es que nacen las buenas ideas? ¿Cómo acostumbra uno al cerebro a ser un poco más disciplinado y ajustarse a un horario para escribir? Me sigue pareciendo increíble que a veces en medio del bullicio encuentre inspiración, que cuando estoy renegando porque llego tarde al trabajo se me prenda el foco y no tenga un condenado papel a la mano para asegurarme que esa idea no se me va a escapar.

Robert Frost dijo: "All there is to writing is having ideas. To learn to write is to learn to have ideas." Ok. ¿Cómo? No hay una receta para eso. Creo que la práctica, como en cualquier otro aspecto de la vida que haya que desarrollar, es la mejor respuesta para mi dilema. Pero aún así es frustrante. Otra pregunta que siempre me hago es ¿cómo diferenciar las buenas ideas de las malas? O ¿cuándo una mala idea se puede transformar en una excelente idea? Son un montón de preguntas que seguramente todos los aspirantes a escritores como yo se hacen todos los días. Supongo que hay varias respuestas distintas para cada una de mis preguntas y todas deben de aportar algo al desarrollo de ideas. Sería genial poder sentarme a conversar al respecto con gente que esté igual de interesada que yo en el tema, pero eso no es tan fácil, pues creo que en mi entorno hay sólo una o dos a las que les apasione tanto como yo descifrar ese misterio que es la inspiración. Así que utilizo mi blog para comunicar mis inquietudes acerca del tema. ¿Las buenas ideas son siempre espontáneas o hay manera de disciplinarse y encontrar una fuente constante de inspiración? ¿O es que, como dije en mi primer post, el papel es tan intimidante que primero hay que superar el miedo a éste y atreverse a escribir incluso las malas ideas y aprender de ellas? ¿Ustedes qué opinan?

Tuesday, May 25, 2010

La genialidad de Jane Austen

Una vez alguien me dijo que las novelas de Jane Austen eran “cursilerías escritas por una mujer acerca de matrimonios y habladurías”. Ése es el concepto general que se tiene entre la mayoría de la gente, especialmente en Latinoamérica, donde no es frecuente que Austen forme parte del syllabus de los cursos de Literatura. Yo descubrí a Jane Austen de manera personal, sintiéndome su cómplice y me fascinó.

Así que decidí hacer un post para dejar en claro un par de cosas y argumentar mi fuerte admiración por esta mujer y todas sus obras. Jane Austen es una de las grandes novelistas inglesas. Era una mujer progresista, que recreó perfectamente la sociedad inglesa en época de la regencia (antes de la Reina Victoria), con un pensamiento moderno, no conformista. Es cierto que el tema del matrimonio es fundamental en la mayoría de sus obras, pero no desde un punto de vista casamentero, sino como un irónico reflejo de las reglas y costumbres de ese tiempo. Jane Austen no nos quiere contar la búsqueda de matrimonio de las mujeres, sino el papel que el matrimonio desempeña en su supervivencia (literalmente para tener alguien que las mantenga, pero también para tener una posición social que les de cierta relevancia y no desaparecer entre la gente) desde diferentes perspectivas y posiciones. Ella juega un poco a pertenecer a ambos lados de un debate para explicar mejor la realidad que ella misma vivía.

De repente es mejor poner un poco de contexto para entender mejor: en esa época, las mujeres no podían trabajar y para asegurar su futuro tenían que casarse “bien”, pero sólo se podían casar (bien o mal) si tenían una dote. Si provenían de una familia pobre que no les podía dar dote, entonces estaban arruinadas porque era poco probable que alguien quisiera casarse con ellas. Habían pocas mujeres que, o tenían la suerte de pertenecer a una familia muy adinerada y por ende podían vivir de su herencia (como es el caso del personaje de Emma Woodhouse) o se atrevían a valerse de sus escasos medios para proveerse su propio techo (como es el caso de la misma Jane Austen). El matrimonio era una simple transacción comercial a la que las mujeres se encontraban subyugadas y todas las historias de Austen tratan del instinto de independencia y búsqueda de verdadero amor de las mujeres protagonistas. En sus historias hay mujeres que se casan por amor, otras por dinero, las que no se quieren casar, las que se quieren casar pero no tienen con quién, las que se fugan con el novio y luego las dejan abandonadas, etc.

Su perspectiva mordaz de la sociedad y profundo conocimiento de las relaciones humanas son las características más importantes de todas sus novelas. Mi teoría es que si Jane Austen viviera en esta época, sería una excelente psicóloga. Su profundo insight en las motivaciones del ser humano nos presentan personajes con muchos matices, pero consistentes y bien elaborados.

El cuidado del lenguaje es otra característica importante. Para Austen es importante la corrección del habla, una virtud que resalta en los personajes que quiere que admiremos. Así por ejemplo, Elizabeth Bennet, Mr. Darcy, Elinor Dashwood, Emma Woodhouse y otros más, se caracterizan por su exquisito uso del lenguaje. Elizabeth Bennet en particular, se vale de una forma de hablar estrictamente correcta pero con un fuerte matiz irónico que hace de sus maneras amables un arma de doble filo.

Y en contraste, cuando alguien utiliza un lenguaje inapropiado o incorrecto, Austen quiere hacernos ver que esas personas no tienen un nivel intelectual adecuado, como por ejemplo Mrs. Bennet y Lydia en Orgullo y Prejuicio y Harriet Smith en Emma.

Un tema sumamente importante en todas sus obras es el aspecto moral y ético de la sociedad. Lo que está bien y lo que está mal. El buen comportamiento y el malo. La buena educación y la mala. Podemos ver que Austen es partidaria de los buenos modales, de lo moral. El concepto de rectitud y honestidad es resaltado en todas sus novelas. Por otro lado, la educación rígida que recibió se refleja en sus novelas, particularmente en personajes como Fanny Price en Mansfield Park o Elinor Dashwood en Sentido y Sensibilidad. Para nosotros, latinos, a veces nos es difícil entender este nivel de cortesía fingida, la importancia de la jerarquía y la tendencia hacia la auto-represión que esta época predicaba. Jane Austen era progresista, pero también profundamente inglesa, por lo que muchas veces, al leer por ejemplo Sentido y Sensibilidad, uno se desespera pensando “¿pero para qué tantas reverencias y rodeos? ¿Por qué tantos permisos y fórmulas de cortesía?” Sin embargo, eso justamente es parte de la genialidad del argumento. Jane Austen era realista y plasmó con lujo de detalles la vida que existía en la Inglaterra de los últimos años del siglo XIII.

Saliendo del tema de contenido y girando hacia la forma, para Austen era crucial que sus obras sonaran bien. Ella tenía la costumbre de leer en voz alta a su familia por lo que ponía especial atención a la belleza estilística de sus textos. Su vocabulario es rico, posee un estilo culto y refinado, incluso suave, por lo que sorprende como con tanta delicadeza es capaz de trasmitir todo tipo de sentimientos fuertes. Su estilo también es fluido y mantiene al lector interesado. Pero eso ya es obvio, sino ¿cómo explicar una vigencia de 200 años? Sus libros siguen de moda y cada día un nuevo lector los descubre y se enamora de ellos.

En octubre del próximo año se cumplirán 200 años desde la publicación de Sentido y Sensibilidad y la genialidad de esta escritora ha traspasado fronteras, idiomas, culturas y el tiempo. Los temas siguen siendo actuales de diferentes formas. Si bien es cierto que las mujeres ya no desempeñan el mismo papel, las inquietudes, inseguridades, la búsqueda del amor verdadero y de la propia relevancia en un mundo que jala como una fuerte corriente, tienen como consecuencia la misma naturaleza humana que Austen analizó y plasmó en cada una de sus obras. Debido a su intelecto y su manera de profundizar en el núcleo del ser humano, Jane Austen seguirá siendo una mujer actual en todas las épocas.

Sunday, May 9, 2010

La novela negra: Stieg Larsson y la trilogía “Millenium”

El género literario de novela negra ha sido objeto de controversias, debates acerca de su calidad literaria y estética, ha tenido cientos de representantes a lo largo de su existencia y diferentes estilos y tendencias dentro del mismo género. Hablar sobre la novela negra sería explayarme mucho más allá de un solo post, es por eso que prefiero enfocarme en su último representante exitoso.

Antes que nada, eso sí, quiero poner un poco de contexto: La característica esencial de la novela negra es que siempre trata sobre el mundo profesional del hampa, del crimen y está marcada, en casi todos los casos, por la violencia. La novela policiaca clásica (Agatha Christie, Arthur Conan Doyle) estableció las bases para el desarrollo de este nuevo género, en el que la búsqueda de la verdad es el fin último y lo más importante. Los libros de Stieg Larsson calzan perfecto dentro de la definición de novela negra pero tiene un algo especial que atrapa al lector y no lo suelta más.

Como ya he mencionado en posts anteriores, uno de los puntos más importantes de cualquier novela para mí, sin importar su género, es el desarrollo de personajes, su evolución y crecimiento. En el caso de Larsson, el personaje de Lisbeth Salander es el logro más importante de la novela. Esta chica, la indiscutible heroína de la historia, que parece ser una Pippi Longstockings con matices góticos, se lleva de encuentro el resto de personajes y de repente quizás, hasta el mismo argumento de la historia (en el primer libro). Su estado mental, consecuencia de los diferentes traumas sufridos en su niñez e incluso durante la misma historia de la trilogía, la presenta como una chica retraída pero segura y aguerrida, que le gusta experimentar sexualmente y posee una inteligencia muy por encima del promedio, además de unas habilidades tecnológicas absolutamente fuera de lo común. Y a pesar de todas estas características extraordinarias, uno se identifica con el personaje pues posee muchísimas facetas y es definitivamente, el más vulnerable de la historia.

Es a través de los ojos de este personaje que el lector de verdad espera que se haga justicia o incluso se lleva a cabo la venganza de todas las víctimas que los villanos de la historia van dejando por el camino. Es el personaje más memorable de la novela y creo que cada novela de este género tiene alguno que resalta de esta manera, ya sea positiva o negativamente. Así por ejemplo, está el legendario Dr. Hannibal Lecter de las novelas de Thomas Harris o incluso el mismo Poirot de las novelas de Agatha Christie.

Sin embargo, un problema que encuentro es el contraste que hay entre el bien construido personaje de Lisbeth con el mediocre y bastante estereotipado Mikael Blomkvist. Aparte de una o dos excepciones, Blomkvist es el único personaje masculino de la historia que no es un violento misógino con antecedentes criminales. A pesar de ser descrito como un mujeriego y encantador periodista que disfruta dándole la contra a la extrema derecha de su país, llega a volverse tedioso por su complejo de príncipe azul que tiene que salvar a todas las mujeres que lo rodean. La relación que tiene con su hija deja muchísimos cables sueltos, así como también esa relación abierta que tiene con su compañera de trabajo Erika Berger. En el primer libro, el personaje de Erika es dejado un poco sin acabar, pero felizmente se desarrolla bastante mejor en los dos siguientes, dándole la profundidad que carecía. Mikael Blomkvist es el conductor de la historia, a través de sus pasos se resuelve el misterio, con ayuda de Lisbeth, pero me parece que Larsson pudo haberlo desarrollado mejor, dándole más características humanas, más defectos de personalidad incluso. A veces parece (incluso dentro de su faceta de mujeriego), demasiado parcializado en su tarea de héroe de la historia.

Otro punto importante es la construcción del argumento de la historia. En eso no me queda más que admitir que Larsson pensó en absolutamente todo (qué, cómo, dónde, cuándo y por qué) encajando todos los eventos en la única conclusión lógica, pero al mismo tiempo sorprendente, que nos hace pensar más de una vez “eso no lo veía venir”. Me gustó muchísimo como los eventos mueven a los personajes hacia una carrera por la búsqueda de la verdad, sin que parezca que están dentro de una película de Indiana Jones. Lo que Blomkvist y Salander buscan es la simple y pura justicia, la mejora de la sociedad en la que viven.

La trilogía Millenium es un claro ejemplo de un thriller A1, que engancha al lector y nos deja queriendo más. Pero si hay alguna crítica de importancia que hacer a los libros es la descripción del mundo en el que los personajes se desarrollan. Si bien es obvio que una novela negra trata sobre el lado decadente de una sociedad y los villanos abundan por aquí y por allá, Larsson pinta a la sociedad sueca como un pueblo misógino, violento y cruel, donde la policía casi no funciona y la corrupción es pan de cada día. Al terminar de leer los libros uno se pregunta que nos queda al resto del mundo (especialmente en Latinoamérica) si en un país del primer mundo, progresista y liberal, todavía existe ese machismo y esa podredumbre, obstáculo número uno del desarrollo de un país. Y es que yo creo que aquí Larsson se tomó la ficción muy en serio. Es lo único que no llega a ser convincente. Mario Vargas Llosa dijo al respecto: “el país al que nos habíamos acostumbrado a situar, entre todos los que pueblan el planeta, como el que ha llegado a estar más cerca del ideal democrático de progreso, justicia e igualdad de oportunidades" aparece "como una sucursal del infierno, donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los policías y espías delinquen, los políticos mienten, los empresarios estafan, y tanto las instituciones y el establishment en general parecen presa de una pandemia de corrupción de proporciones priístas o fujimoristas”.

Y es que esa es la sensación que deja el libro en ese aspecto. Suecia parece estar peor que el Perú en época de Odría, Velasco o Fujimori y se me hace difícil creérmelo dentro del contexto ficcional de la historia. Pero la genialidad del argumento es tal que el lector perdona al autor esa exageración. Los logros de la obra compensan sus errores o deslices.

Mi conclusión es que Larsson nos brinda un thriller que se disfruta hasta la última página, pero que al ser un escritor amateur, deja sin pulir una que otra cosa que afectan a la historia hasta cierto punto. Pero eso no le quita el mérito, pues es desde ya uno de los mejores representantes de este género. Es una pena que tan talentoso escritor muriera joven y no desarrollara todas sus habilidades más allá, ya que ciertamente hubiera llegado a ser el maestro de la novela negra.

Thursday, April 29, 2010

Harry Potter vs. Twilight

Este es un tema que he querido desarrollar desde hace ya un buen tiempo. Con todo el éxito que han tenido las dos franquicias (libros, películas, muñecos, fans histéricos, etc.) me parece necesario regresar al origen de todo este alboroto y establecer (según mi humilde opinión) por qué los libros de J.K. Rowling son tan diferentes a los de Stephenie Meyer y por qué no caen en la misma categoría. Para mi Harry Potter es literatura (juvenil dirán algunos, pero al fin y al cabo, literatura) y Twilight es un best-seller romántico. Son completamente diferentes, en absolutamente todo, pero por algún motivo mucha gente ha decidido meterlos en el mismo saco por el simple hecho de escribir sobre “fantasía” y porque sus libros han sido llevados al cine creando una franquicia multimillonaria.

Quiero recalcar que en esta entrada me dedico a comparar los libros, nada más, pues es en lo único que me siento capacitada a opinar de verdad. Las películas son otra cosa y la verdad sólo vi la primera de Twilight y eso fue más que suficiente para decidir no ver las demás. Eso no tiene nada que ver con la calidad de los libros, pues todos hemos visto alguna vez un excelente libro muy mal adaptado al cine. Pero sí me leí los siete libros de Harry Potter y los cuatro de Twilight.

En mi opinión, J.K. Rowling sabe como contar una buena historia sin degradar la forma (el estilo) y sin florear todo el tiempo. A pesar del contexto mágico de los libros, sus personajes viven y lidian con los sentimientos comunes a todo ser humano: amor, amistad, miedo, odio, fragilidad, esperanza, etc. Son personajes ricos y profundos que están rodeados de un mundo espectacular, pero al mismo tiempo concreto. J.K. Rowling no dejó cabos sin atar. Al igual que los libros de Tolkien, Rowling creó desde cero todo un nuevo mundo con su propio bagaje cultural, leyendas, tradiciones y leyes. Un punto importante para mí es su excelente conocimiento de la psique humana. Ella plasma nuestros propios sueños e inquietudes, nuestros propios miedos y complejos, todo llevado y adaptado al fantástico mundo de los magos. Es por eso que amé tanto sus libros: me identifiqué con sus personajes pero al mismo tiempo volé con ellos a lugares mágicos.

Con Stephenie Meyer es otra cosa. Sus libros me parecen el remake de una novela romántica con el añadido del tema sobrenatural y sin mucho estilo. Lo que atrae tanto a sus historias es esa mezcla de amor con sexo sin llegar a ser riesgoso, ya que todo es implícito en ese sentido. En eso le puedo dar crédito. La señora Meyer sabe cómo hacer para despertar lo sexual sin ser necesariamente obvia o vulgar. Pero aparte de eso, la falta de originalidad es bastante clara. Aunque la falta de evolución en sus personajes es lo que más me fastidia. Mi opinión es que son estáticos, con las mismas reacciones clichés de los héroes románticos que son valientes y buenos y las doncellas en apuros frágiles y puras de corazón. Todo un gran esterotipo con el cual es difícil identificarse. Planos completamente opuestos que no permiten las áreas grises con las que el ser humano se identifica tanto. Nadie es completamente bueno o malo, pero los personajes ed Twilight sí. Además, la historia parece estar flotando en un limbo sin explicación, con eventos tan sacados de pelos como que la chica queda embarazada de un vampiro y da a luz a un híbrido que lee los pensamientos y crece tres veces más rápido que los seres humanos. Ajá. Y los chanchos vuelan también. El problema no es cuan fantasioso sea el argumento, el problema es su falta de recursos para hacer convicente la historia.

Pasando del contenido a la forma, la belleza estilística que logra Rowling no tiene punto de comparación con el estilo monótono y con poco vocabulario de Meyer. Stephen King dijo: “The real difference [between J.K. Rowling and Meyer] is that Jo Rowling is a terrific writer, and Stephenie Meyer can't write worth a darn. She's not very good.” Rowling nos deleita con no sólo la belleza de la historia, sino la belleza de la narración en sí. Nos envuelve y atrapa con su estilo culto pero sencillo, nos trabaja y nos hace admirarla.

Meyer se caracteriza por exactamente lo contrario. Su pobreza linguística y su falta de recursos pone de malhumor. No hay necesidad de rebajar tanto el lenguaje para hacerlo sencillo. Creo que en eso se confundió. Quizás, en su afán de llegar fácilmente al corazón de sus lectores, decidió usar un lenguaje en extremo sencillo, llegando algunas veces a la redundancia y la falta de vocabulario.

Mi experiencia con la saga de Harry Potter fue compleja. J.K. Rowling no sólo hizo crecer a los personajes a través de los siete libros (la evolución de los personajes es crucial para que me guste un libro), sino que ella también creció en talento y profundidad, y así crecí yo con ellos. Algunos podrán decir que prefiero los libros de Harry Potter por haberme pasado toda mi adolescencia y juventud leyéndolos. Quizás tengan algo de razón, pero eso no nubla mi capacidad de diferenciar entre lo exquisito y lo empalagoso.

J.K. Rowling escribe de una manera que un niño de diez años va a disfrutar, pero incluye elementos, referencias y cierto tipo de humor que un adulto también va a apreciar. En cambio, Stephenie Meyer escribe de una manera bastante directa y alguien de diez, quince o treinta años terminará con más o menos lo mismo.

Girando hacia una dirección más personal, una de las razones por las que no llegué a disfrutar realmente de Twilight es el mismo personaje principal: Bella Swan. Los libros llegaron a parecerme el diario de una chibola loca y depresiva, absolutamente fuera de control y sin el más mínimo concepto de fuerza personal o autoestima. Mi lado feminista saltó y terminé por pensar que ésta era una chica demasiado estúpida para mi gusto. Su única meta en la vida es amar y ser amada por su vampiro. Deja de lado sus metas, su identidad y hasta su propia vida por un chico. De repente yo sea demasiado moderna, pero tenía unas ganas de cachetear a la mocosa por tanta automutilación y cojudez junta. Entrando al lado moral del asunto ¿qué se supone que van a sacar las jóvenes lectoras de la saga? ¿que está bien dejar de lado la esencia de tu existencia sólo por lograr retener al chico guapo y malo del colegio?

Ambas historias terminan con una guerra que define el curso de las vidas de sus personajes. En Harry Potter, la guerra (como cualquier otra guerra en el mundo) trae penas, muerte, tristeza y sacrificios, así como una victoria difícil pero dulce que nos deja el corazón en la garganta. En Twilight nadie muere, nadie pierde, todos encuentran la manera (aunque la escritora haya tenido que manipular hasta el extremo la historia) de seguir adelante con sus vidas felices como unas perdices y colorín colorado este cuento se acabado. Bah...¿para eso me leí casi 700 páginas sobre una mocosa llorona y bastante loca?

Las consecuencias de todo lo mencionado anteriormente son palpables en los momentos en que se termina de leer cada libro: cuando terminé con Deathly Hallows (el último libro de la saga) realmente sentí como si un buen amigo se hubiera ido para siempre. Releí cien veces el final y me volví a leer los siete libros por pura nostalgia. En cambio, con Twilight, no terminé de leer el último libro, me aburrí a mitad de camino y sólo me leí las últimas dos caras para confirmar lo que ya era bastante obvio desde el comienzo del primer libro.

Mi conclusión es simple: los libros de Rowling son un clásico contemporáneo, los de Stephenie Meyer en cambio, pasarán de moda tarde o temprano.

Monday, April 5, 2010

Otra alergia más

Para los que no sepan, yo soy alérgica a muchas cosas, comida, medicamentos, etc. Pero acabo de descubrir quizás la alergia mas molesta de todas. Porque no depende de mí estar expuesta o no al origen de esta alergia. A diferencia de mis alergias alimenticias que combato simplemente no comiendo los condenados mariscos de ñoña, con esta nueva alergia no hay nada que yo pueda hacer.

Me explico: así como uno puede llegar a relacionar una canción con un momento específico, o un olor a un sitio particular, hay ciertas palabras que para mí han adquirido una connotación un tanto “fastidiosa” y que no puedo escuchar sin comenzar a sentir un poco de nauseas y un picor en el cuerpo . Las susodichas palabras conllevan (para mí) una connotación de “pose” o “mentalidad rebaño” por decirlo de alguna manera. Aquí pongo unos cuantos ejemplos:

Juerga, juerguita, juergaza, juergón y demás derivados.

Veranito. La frase “llegó el veranito breddeeeeeeerrr” me saca de quicio.

Playita. Yo voy a la playa, no a la”playita breeedddeeerrr”.

Gentita. No me gusta por la obvia connotación excluyente.

La genti (pronunciado “yenti”). No sean verracos pues. (Sí, es verraco con “v”, lo busqué en la RAE y su significado literal es “cerdo padre” jaja).

Badsazo o como sea que se escriba.

Huevona. La razón es obvia.

Coolísimo. (Oh x Dios!)

Boni. Oh no.

Y para cerrar con botón de oro (aunque de hecho me faltan muchas más): ¡qué diver! (ahhhhhhhh!!!!)

Y hay muchas más de hecho, pero suficiente brutalidad para un post. ¿Qué opinan ustedes?

Wednesday, March 24, 2010

Ciudad superficial

Hace ya un tiempo que me he dado cuenta que Lima es una ciudad superficial. De repente no nos damos cuenta, pero nos dejamos llevar tanto por las apariencias y la moda que me da la impresión de que todos somos unas ovejitas en un rebaño siguiendo un mismo modelo. No me puedo excluir de esta descripción pues lamentablemente algunas veces yo también me he dejado llevar, pero tengo que agradecer a lo que sea que me hizo darme cuenta.

Pareciera que hay una sola forma correcta de hacer todo: forma de vestir, de ser, de trabajar, de caminar, de hablar, etc. Existen los lugares “correctos” y “de moda” que frecuentar y si no lo haces o no te gusta recibes una mirada reprobatoria y un “q baaaad” con tonito de ajjjco y todo. Los hobbies y los intereses que no entren en el patrón dictado por la sociedad son considerados “excéntricos” y hasta en algunas ocasiones “lornas”. ¿Cómo vas a preferir quedarte a leer en vez de ir a la “playita” o ir a LA JUERGA en Eisha? Me pregunto cuántas de esas personas que siguen la línea dictada por la moda de verdad disfrutan lo que hacen o si sólo lo hacen por encajar y no quedarse atrás.

Ser popular es indispensable y relacionarse con la gente adecuada también. No estar a la moda con la ropa es un pecado. Un día salí de mi casa y me encontré con que para ser una chica chévere tienes que vestirte exactamente igual que los demás y mientras más puta mejor. Y para ser un chico popular tienes que volverte “el pendejo”.

Durante una época seguí algunas de las tendencias actuales, como los sitios que frecuentar, la actitud que tomar, etc. Y un día dije “a la mierda”. ¿Cuándo se volvió necesario dejar de lado la individualidad para ser considerado alguien genial? ¿Por qué esa necesidad de amoldarse a lo que digan los demás y considerarse “cool” por la falta de originalidad?

Ese día decidí ser simplemente yo. Ese día me dejó de importar lo que pueda decir la gente de mis pasatiempos, mi forma de vestir o mi forma de vivir. Eso no es ir en contra de todo lo que los demás hacen o dicen. Yo pienso que uno debe de hacer lo que de verdad quiere hacer. Quiero poner énfasis en la capacidad de cada uno de tener ideas propias y darse cuenta que lo que diga la mayoría no siempre es lo correcto.

Toda esta mentalidad de rebaño tiene consecuencias más importantes que la forma de vestir de un grupo de chicas: genera rechazo y discriminación entre la gente. Si no cumples con una serie de requisitos entonces no vales la pena. Además crea estándares retorcidos que la gente quiere alcanzar y para hacer eso anula una parte de sí mismo, lleva a las personas odiarse por quiénes son, a negar su verdadero “yo”.

Entonces chicos, abran los ojos y pregúntense ¿quién soy yo?

Yo, Melissa, soy un poco tímida, un tanto torpe, dormilona, comodona y asmática. No sé bailar bien, me dan pánico los lugares atiborrados de gente y detesto la impuntualidad. Me encanta leer, ir al cine, salir con mis amigos, conversar, estar con Renzo y ver tele con mi mamá. Tomo mis propias decisiones y eso me llena más que la “aprobación” de gente que en verdad no me importa. Esa soy yo.

Tuesday, March 16, 2010

¿Por qué un blog?

Cualquier escritor (o escritor en proceso) sabrá que el problema más grande al que uno se enfrenta no es necesariamente la falta de ideas en un momento de poca inspiración, sino el tremendo miedo que nos causa ver el papel en blanco. O para nuestra generación, la pantalla en blanco. Nos da miedo sentarnos a escribir. El vacío del papel se nos presenta como un monstruo intolerante y crítico que desmerece todos nuestros esfuerzos. García Márquez dijo en una entrevista: "A mí, por lo menos, me da mucho terror sentarme a la máquina de escribir. Le estoy dando vueltas, viéndola ahí, y hablo por teléfono, prefiero leer primero el periódico; voy ganando tiempo (...) Entre la máquina de escribir y uno, uno va creando una cantidad de obstáculos que pueden volverse espantosos."

Escribir es masoquista. Es una catarsis que duele y nos hace sudar sangre. Una adicción, pues por más que nos desvele, nos haga llorar y gritar de frustración, simplemente no podemos dejarla. No le encuentro sentido a mi vida si no escribo. Así como tampoco se lo encuentro sin la literatura y el arte en general.

Entonces, el propósito de este blog es “ejercitar” mi cerebro y enfrentarme a esos miedos. Espero no aburrir a nadie en el proceso y comprendan que esto es parte de un proceso de aprendizaje para mí. Los temas de mi blog serán variados: lo que me provoque escribir, comentar o analizar en el momento. Reflexiones más que nada. No me atrevo a publicar cuentos todavía. Todo de a pocos, no quiero adelantarme y terminar dándome de cabezazos con la computadora.