Monday, November 8, 2010

Una groupie de Baryshnikov

Sé que mi blog es de literatura pero no puedo dejar de escribir acerca de esto. Para los que no lo saben, el ballet es mi segunda pasión, después de la literatura. Comencé a bailar a los 4 años y me enamoré por completo de la danza. Bailar me llena de una manera increíble, me hace feliz y me libera. Es una catarsis y el mundo no existe cuando bailo. 

Vi bailar a Baryshnikov por primera vez en una versión de Don Quijote del American Ballet Theatre. Cuando digo que lo vi, me refiero por supuesto a que lo vi por la televisión. Me enamoré por completo de él y desde entonces ha sido mi ídolo, junto con García Márquez, Córtazar, Vargas Llosa, etc. Es una de esas personas legendarias que dejan una huella incluso sin haberla conocido. Siempre me imaginé bailando con él. 


Cuando me enteré que Baryshnikov venía a Lima me emocioné. Compré las entradas (para mi mamá también ya que mi amor por el ballet y por Baryshnikov es algo que comparto hasta las lágrimas con ella) e hice la cuenta regresiva hasta hoy. La presentación de hoy "Tres solos y un dúo" junto a la bailarina española Ana Laguna fue fascinante. No importa cuántos años tenga, cuánto tiempo haya pasado o que ahora baile danza contemporánea: Baryshnikov es un genio en todo lo que hace. Creo que nadie ha aplaudido tanto como nosotras, o gritado tanto como nosotras. Al final de la función, cuando salieron por última vez al escenario para despedirse, he aplaudido con tanta fuerza y gritado "bravo Mischa" que el propio Mischa nos miró, nos señaló y se rió.


Al salir vimos un grupo de gente esperando en la puerta del backstage. Al instante saqué mi lapicero, abrí la página del librito que regalaron en el teatro, en donde sale la foto de Mischa y corrí con mi mamá. En verdad, corrí detrás de mi mamá. No se quién estaba más emocionada, si ella o yo. Por fin salió y comenzó a firmar autógrafos. Llegué a pararme a su costado, mientras mi mamá le daba el librito para que lo autografiara. Lo único que atiné a decirle fue "we looooooove you". Así, con énfasis en la "o". Mi mamá sí llegó a decirle algo más pero ya no estoy segura qué. Me miró directamente y me dijo "thank you" con ese acento ruso que vuelve loca a mi amiga Inés. 
Mi mamá sigue dando saltos de felicidad. He conocido a uno de mis ídolos de toda la vida, a alguien que admiro tanto. Hoy no voy a dormir. Parezco una groupie de una banda de rock, una de las fans de los Beatles en los años 60. Pero no puedo evitarlo. La emoción se me sale por los dedos. Necesito bailar.

2 comments:

Angie said...

Hola Melissa,

Verdaderamente emocionante el momento q describes, me imagino cómo se sintieron, q sinceras tus palabras. Nada más queda decir al terminar de leer el post, un wowwwww...!!!

Estar a su lado debe ser sólo comparable a la emoción q comentas al final, como fan de los Beatles ando pendiente y cruzando los dedos porque se concrete la visita de Paul McCartney y poder estar presente, un autógrafo sería realmente lo máximo.

Te dejo un abrazo, y q alegría por ti!!

Angie

Melissa Vizcarra said...

¡Muchas gracias Angie! De verdad sí fue muy emocionante. ¡Ojalá llegue a venir Paul McCartney!

Un abrazo para ti también,
Melissa