Friday, August 27, 2010

Libros con una connotación especial

Todo el mundo tiene alguna canción que le hace recordar un momento específico de su vida. Olores, lugares, sabores, etc. que quedan eternamente relacionados con algún momento, algún evento o alguna persona en particular. Por ejemplo, escuchar “Uptown girl” de Billy Joel me hace regresar al viaje que hice a Punta Sal con mis papás cuando yo tenía sólo cinco años. En esa época estaba de moda y la pasaban frecuentemente en el restaurante del hotel. El olor a libros viejos me hace recordar a mi mamáma Ida y el sonido de los tacos de los zapatos me hace pensar en mi mamá dando vueltas por toda la casa en las mañanas, antes de salir a trabajar.

Lo mismo me pasa con algunos libros. Son los libros que siempre regreso a leer cuando tengo ganas de sentirme protegida. Es una sensación rara porque no son necesariamente libros con un final feliz, sino que simplemente me hacen sentir como la primera vez que los leí, me hacen sentir cómoda y nunca me aburren. No podría llamarlos mis libros favoritos porque hay muchos otros más que regreso a leer siempre, pero esta lista de libros en particular tiene un efecto especial en mí. Quizás son los que más me hacen recordar por qué me gusta tanto la literatura y por qué puedo pasarme horas y días enteros dedicados a la lectura.

Estos son los libros:

- Rayuela (Cortázar)

- Cien años de soledad (García Márquez)

- El Amor en los tiempos del cólera (García Márquez)

- Crónica de una muerte anunciada (García Márquez)

- Ivanhoe (Walter Scott)

- El nombre de la rosa (Umberto Eco)

- Orgullo y prejuicio (Jane Austen)

- Jane Eyre (Charlotte Bronte)

- Cumbres borrascosas (Emily Bronte)

- El conde de Montecristo (Alexandre Dumas)

- Un mundo para Julius (Alfredo Bryce Echenique)

- La señora Dalloway (Virginia Woolf)

- Harry Potter (J.K. Rowling)

- Conversación en La Catedral (Mario Vargas Llosa)

- La invención de Morel (Adolfo Bioy Casares)

- Madame Bovary (Gustave Flaubert)

- Las desventuras del joven Werther (Goethe)

- Momo (Michael Ende)

- Las tradiciones peruanas (Ricardo Palma)

Como dije, ésta no es una lista de mis libros favoritos. Faltarían muchos más para completarla. Estos son los que regreso a leer cuando tengo ganas de sentirme bien. Cuando tengo ganas de refugiarme en la literatura y sentirme cómoda. Cada uno tiene una connotación distinta. Por ejemplo, García Márquez me hace regresar a mi época de colegio, cuando descubrí cuánto me gustaban sus libros. Además, es con Cien Años de Soledad que supe que me quería dedicar a escribir.

Los libros de Harry Potter me acompañaron toda mi adolescencia y me hacen pensar en la época en que yo también soñaba con recibir mi carta de Hogwarts (en verdad todavía sueño con eso de vez en cuando). Los libros de Mario Vargas Llosa, Bryce Echenique y Ricardo Palma me llevan a un verano en que me la pasé encerrada en mi cuarto leyendo casi todos sus libros. Sé que pasarse el verano encerrada no suena muy bonito, pero para mí fue lo mejor. Tenía todo el tiempo del mundo para dedicarme a leer, sin ninguna otra obligación o tarea que hacer. Prefería leer que salir a achicharrarme bajo el sol y la humedad limeña.

Los libros de Scott, las hermanas Bronte, Jane Austen y Virginia Woolf pertenecen a una época en que me obsesioné con la literatura inglesa. Hay muchos más libros de literatura inglesa que me fascinan, pero son los libros que he mencionado los que me dejaron esa sensación de comodidad.

Y así, todos los demás tienen una connotación especial. Los libros siempre han sido mi refugio, pero éstos son el refugio dentro del refugio.

Y para ustedes ¿cuáles son los libros con esa connotación especial?

Friday, August 13, 2010

24 años

Hoy viernes 13 cumplo 24 años. Para mucha gente es un día de mala suerte, pero yo he comprobado con el paso de los años, que cuando mi cumpleaños ha caído viernes 13, siempre la he pasado mejor. De repente es porque como es viernes, lo puedo celebrar el mismo día y no tengo que esperar hasta el fin de semana; aunque la verdad desde mis 15 siempre he estado un poco reacia a celebrar mucho mis cumpleaños, a veces por un poco de flojera, otras por no tener ganas, etc.

Pero este año ha sido tan distinto en casi todos los aspectos de mi vida, han cambiado muchas cosas para bien, así que de la misma forma, he decidido hacer algo más grande para celebrar mis 24 años. Planeo celebrarlo comiendo rico (indispensable para una peruana) y con buena compañía. Todo apunta a que lo voy a pasar bastante bien. Y como regalo para mi misma, planeo comprar varios libros nuevos que hace tiempo quiero leer.

Además, he descubierto que el 13 de agosto es el día internacional de los zurdos, que el 13 de agosto de 1899 nació Alfred Hitchcock, el 13 de agosto de 1926 nació Fidel Castro y en 1967 Amelie Nothomb. Vaya mezcolanza.

No estoy muy segura por qué la tradición considera a este día como de mala suerte, me parece que algún Papa mandó a matar a los caballeros templarios en un viernes 13. No importa. Hoy es mío.

Monday, August 9, 2010

La falta de tiempo


Es un problema constante. Existen tantas cosas que hacer que los minutos se me pasan rápido y nunca termino. Estoy intentando balancear mi vida laboral, que siempre está repleta de cosas que terminar, enviar, revisar, etc. con mi vida personal con la familia, amigos, hobbies y demás, mientras que al mismo tiempo trato de crearme un horario para escribir de forma diaria y constante. Todavía estoy tratando de encontrar el balance. La frase “tengo demasiado trabajo” se ha vuelto frecuente y me encuentro últimamente llegando tarde a mi casa y dedicando mis únicos momentos libres del día (o de la noche mejor dicho) a leer. Porque sin leer no me la puedo pasar. Escribo por partes, en hojas sueltas y cuando por ahí tengo un respiro. Hoy fue mi primera tarde libre después un tiempito y me dediqué con tranquilidad a leer y escribir. Qué bien se siente. Es como tomar agua después de estar con sed mucho rato. No me quejo de la cantidad de trabajo, me gusta mi trabajo y en tiempos como los de ahora, agradezco tener un trabajo que además disfruto, pero a veces quisiera que los días tuvieran 26 o 27 horas. Así me daría tiempo para hacer todo lo que quiero hacer durante el día. Como tomar agua más seguido, por ejemplo.

Tuesday, August 3, 2010

Una obra maestra: Atonement (Expiación) de Ian McEwan

Desde hace un buen tiempo que quiero escribir acerca deAtonement (Expiación en español) de Ian McEwan. Me he demorado un poco porque a veces es un problema poder plasmar cuánto me gusta algo. Siento que me quedo corta en la respuesta a esta pregunta: ¿por qué me gusta tanto este libro? Hay un montón de motivos. Pero mejor vamos por orden.

Lo encontré merodeando la Casa del Libro en Barcelona. Mientras estuve por allá, aproveché para comprar libros que generalmente no se encuentran en Lima.Atonement fue uno de ellos.

En resumen, y sin malograr a los demás al final de la historia: Briony Tallis es una niña de trece años de la clase alta inglesa que tiene el sueño de ser escritora. El año es 1935 y ella se encuentra en medio de la complicada transformación de niña a adolescente. Es testigo de un encuentro entre su hermana mayor, Cecilia, y el hijo del ama de llaves, Robbie y no entiende qué sucede, creando en su cabeza una historia fantástica. Diferentes eventos llevan a Briony a confundir la realidad con lo que ella cree que es la verdad y por ende, a cometer un delito a través de una mentira. Esa mentira cambia las vidas de todos los personajes de la novela. Con el paso de los años y al entender por fin que ha cometido un crimen, Briony se pasará el resto de su vida tratando de expiar sus pecados. Si lo logra de verdad o no es algo que se descubre al final de la novela.

Mi experiencia leyendo el libro fue maravillosa. Me atrapó desde un primer momento, a pesar de tener un comienzo lento, como dicen algunas personas cuando toma más de un capítulo en llegar al clímax. Pero para mí, eso fue perfecto. McEwan posee un lenguaje exquisito que atrapa, envuelve sutilmente, te enamora, te seduce y no te deja más. Nos va presentando los personajes de forma pausada, pero profunda. Me encanta como utiliza el discurso indirecto libre para acercarnos al mundo interior de los personajes. El lector no se da cuenta del constantezoom in y zoom out que hace el autor a través de la novela y la forma como va construyendo la tensión. Uno no sabe qué va a pasar exactamente, pero intuye, siente, que algo malo va a pasar y eso comienza a generar esa angustia, la emoción que luego, cuando la desgracia cae sobre los personajes, nos hace parte de ella y nos deja sin aire.

La construcción de sus personajes es impecable y Briony Tallis es un personaje excepcional. McEwan nos presenta el mundo interior de esta niña para hacernos comprender por qué es que el mundo imaginario de Briony tiene un papel fundamental en el desarrollo de la historia. Además, los amantes en desgracia, Cecilia y Robbie se desarrollan de la misma manera. Entramos en sus cabezas sin darnos cuenta que el narrador está cambiando y los conocemos, los sentimos. Exploramos con ellos la emoción de lo desconocido, la pasión de su amor y la desesperación de su desgracia.

Otra genialidad es que en verdad son dos novelas en una. Ambas historias comparten tres cuartos de la novela y luego se bifurcan, de manera delicada y sin que lo notemos. Cuando llegué a la última parte de la novela y entendí por fin toda la historia, me quedé con la boca abierta durante unos diez minutos. No sólo por el final de la trama, sino por la belleza en general del libro, sus recursos, las herramientas, todo en conjunto.

La novela explora los diferentes aspectos del amor, la ingenuidad, la culpa, la vergüenza, la ira y la traición. La trama está muy bien armada, no hay cabos sueltos, no hay sobras que queden colgando, sin explicación, de algún lado.

McEwan refleja al detalle la sociedad inglesa de la pre-guerra, la cruda realidad de la guerra y todos los recovecos de la culpa y vergüenza de Briony.

El término obra maestra no es utilizado frecuentemente. Pero es libro definitivamente es una obra maestra. No me canso de leerlo. Lo leí por primera vez en febrero y ya van tres veces que lo leo completo desde entonces. Los flechazos y amores a primera vista no son sólo para las personas. Es para los libros también. Atonement fue un flechazo y me enamoré sin remedio de la novela.