Thursday, April 29, 2010

Harry Potter vs. Twilight

Este es un tema que he querido desarrollar desde hace ya un buen tiempo. Con todo el éxito que han tenido las dos franquicias (libros, películas, muñecos, fans histéricos, etc.) me parece necesario regresar al origen de todo este alboroto y establecer (según mi humilde opinión) por qué los libros de J.K. Rowling son tan diferentes a los de Stephenie Meyer y por qué no caen en la misma categoría. Para mi Harry Potter es literatura (juvenil dirán algunos, pero al fin y al cabo, literatura) y Twilight es un best-seller romántico. Son completamente diferentes, en absolutamente todo, pero por algún motivo mucha gente ha decidido meterlos en el mismo saco por el simple hecho de escribir sobre “fantasía” y porque sus libros han sido llevados al cine creando una franquicia multimillonaria.

Quiero recalcar que en esta entrada me dedico a comparar los libros, nada más, pues es en lo único que me siento capacitada a opinar de verdad. Las películas son otra cosa y la verdad sólo vi la primera de Twilight y eso fue más que suficiente para decidir no ver las demás. Eso no tiene nada que ver con la calidad de los libros, pues todos hemos visto alguna vez un excelente libro muy mal adaptado al cine. Pero sí me leí los siete libros de Harry Potter y los cuatro de Twilight.

En mi opinión, J.K. Rowling sabe como contar una buena historia sin degradar la forma (el estilo) y sin florear todo el tiempo. A pesar del contexto mágico de los libros, sus personajes viven y lidian con los sentimientos comunes a todo ser humano: amor, amistad, miedo, odio, fragilidad, esperanza, etc. Son personajes ricos y profundos que están rodeados de un mundo espectacular, pero al mismo tiempo concreto. J.K. Rowling no dejó cabos sin atar. Al igual que los libros de Tolkien, Rowling creó desde cero todo un nuevo mundo con su propio bagaje cultural, leyendas, tradiciones y leyes. Un punto importante para mí es su excelente conocimiento de la psique humana. Ella plasma nuestros propios sueños e inquietudes, nuestros propios miedos y complejos, todo llevado y adaptado al fantástico mundo de los magos. Es por eso que amé tanto sus libros: me identifiqué con sus personajes pero al mismo tiempo volé con ellos a lugares mágicos.

Con Stephenie Meyer es otra cosa. Sus libros me parecen el remake de una novela romántica con el añadido del tema sobrenatural y sin mucho estilo. Lo que atrae tanto a sus historias es esa mezcla de amor con sexo sin llegar a ser riesgoso, ya que todo es implícito en ese sentido. En eso le puedo dar crédito. La señora Meyer sabe cómo hacer para despertar lo sexual sin ser necesariamente obvia o vulgar. Pero aparte de eso, la falta de originalidad es bastante clara. Aunque la falta de evolución en sus personajes es lo que más me fastidia. Mi opinión es que son estáticos, con las mismas reacciones clichés de los héroes románticos que son valientes y buenos y las doncellas en apuros frágiles y puras de corazón. Todo un gran esterotipo con el cual es difícil identificarse. Planos completamente opuestos que no permiten las áreas grises con las que el ser humano se identifica tanto. Nadie es completamente bueno o malo, pero los personajes ed Twilight sí. Además, la historia parece estar flotando en un limbo sin explicación, con eventos tan sacados de pelos como que la chica queda embarazada de un vampiro y da a luz a un híbrido que lee los pensamientos y crece tres veces más rápido que los seres humanos. Ajá. Y los chanchos vuelan también. El problema no es cuan fantasioso sea el argumento, el problema es su falta de recursos para hacer convicente la historia.

Pasando del contenido a la forma, la belleza estilística que logra Rowling no tiene punto de comparación con el estilo monótono y con poco vocabulario de Meyer. Stephen King dijo: “The real difference [between J.K. Rowling and Meyer] is that Jo Rowling is a terrific writer, and Stephenie Meyer can't write worth a darn. She's not very good.” Rowling nos deleita con no sólo la belleza de la historia, sino la belleza de la narración en sí. Nos envuelve y atrapa con su estilo culto pero sencillo, nos trabaja y nos hace admirarla.

Meyer se caracteriza por exactamente lo contrario. Su pobreza linguística y su falta de recursos pone de malhumor. No hay necesidad de rebajar tanto el lenguaje para hacerlo sencillo. Creo que en eso se confundió. Quizás, en su afán de llegar fácilmente al corazón de sus lectores, decidió usar un lenguaje en extremo sencillo, llegando algunas veces a la redundancia y la falta de vocabulario.

Mi experiencia con la saga de Harry Potter fue compleja. J.K. Rowling no sólo hizo crecer a los personajes a través de los siete libros (la evolución de los personajes es crucial para que me guste un libro), sino que ella también creció en talento y profundidad, y así crecí yo con ellos. Algunos podrán decir que prefiero los libros de Harry Potter por haberme pasado toda mi adolescencia y juventud leyéndolos. Quizás tengan algo de razón, pero eso no nubla mi capacidad de diferenciar entre lo exquisito y lo empalagoso.

J.K. Rowling escribe de una manera que un niño de diez años va a disfrutar, pero incluye elementos, referencias y cierto tipo de humor que un adulto también va a apreciar. En cambio, Stephenie Meyer escribe de una manera bastante directa y alguien de diez, quince o treinta años terminará con más o menos lo mismo.

Girando hacia una dirección más personal, una de las razones por las que no llegué a disfrutar realmente de Twilight es el mismo personaje principal: Bella Swan. Los libros llegaron a parecerme el diario de una chibola loca y depresiva, absolutamente fuera de control y sin el más mínimo concepto de fuerza personal o autoestima. Mi lado feminista saltó y terminé por pensar que ésta era una chica demasiado estúpida para mi gusto. Su única meta en la vida es amar y ser amada por su vampiro. Deja de lado sus metas, su identidad y hasta su propia vida por un chico. De repente yo sea demasiado moderna, pero tenía unas ganas de cachetear a la mocosa por tanta automutilación y cojudez junta. Entrando al lado moral del asunto ¿qué se supone que van a sacar las jóvenes lectoras de la saga? ¿que está bien dejar de lado la esencia de tu existencia sólo por lograr retener al chico guapo y malo del colegio?

Ambas historias terminan con una guerra que define el curso de las vidas de sus personajes. En Harry Potter, la guerra (como cualquier otra guerra en el mundo) trae penas, muerte, tristeza y sacrificios, así como una victoria difícil pero dulce que nos deja el corazón en la garganta. En Twilight nadie muere, nadie pierde, todos encuentran la manera (aunque la escritora haya tenido que manipular hasta el extremo la historia) de seguir adelante con sus vidas felices como unas perdices y colorín colorado este cuento se acabado. Bah...¿para eso me leí casi 700 páginas sobre una mocosa llorona y bastante loca?

Las consecuencias de todo lo mencionado anteriormente son palpables en los momentos en que se termina de leer cada libro: cuando terminé con Deathly Hallows (el último libro de la saga) realmente sentí como si un buen amigo se hubiera ido para siempre. Releí cien veces el final y me volví a leer los siete libros por pura nostalgia. En cambio, con Twilight, no terminé de leer el último libro, me aburrí a mitad de camino y sólo me leí las últimas dos caras para confirmar lo que ya era bastante obvio desde el comienzo del primer libro.

Mi conclusión es simple: los libros de Rowling son un clásico contemporáneo, los de Stephenie Meyer en cambio, pasarán de moda tarde o temprano.

Monday, April 5, 2010

Otra alergia más

Para los que no sepan, yo soy alérgica a muchas cosas, comida, medicamentos, etc. Pero acabo de descubrir quizás la alergia mas molesta de todas. Porque no depende de mí estar expuesta o no al origen de esta alergia. A diferencia de mis alergias alimenticias que combato simplemente no comiendo los condenados mariscos de ñoña, con esta nueva alergia no hay nada que yo pueda hacer.

Me explico: así como uno puede llegar a relacionar una canción con un momento específico, o un olor a un sitio particular, hay ciertas palabras que para mí han adquirido una connotación un tanto “fastidiosa” y que no puedo escuchar sin comenzar a sentir un poco de nauseas y un picor en el cuerpo . Las susodichas palabras conllevan (para mí) una connotación de “pose” o “mentalidad rebaño” por decirlo de alguna manera. Aquí pongo unos cuantos ejemplos:

Juerga, juerguita, juergaza, juergón y demás derivados.

Veranito. La frase “llegó el veranito breddeeeeeeerrr” me saca de quicio.

Playita. Yo voy a la playa, no a la”playita breeedddeeerrr”.

Gentita. No me gusta por la obvia connotación excluyente.

La genti (pronunciado “yenti”). No sean verracos pues. (Sí, es verraco con “v”, lo busqué en la RAE y su significado literal es “cerdo padre” jaja).

Badsazo o como sea que se escriba.

Huevona. La razón es obvia.

Coolísimo. (Oh x Dios!)

Boni. Oh no.

Y para cerrar con botón de oro (aunque de hecho me faltan muchas más): ¡qué diver! (ahhhhhhhh!!!!)

Y hay muchas más de hecho, pero suficiente brutalidad para un post. ¿Qué opinan ustedes?