Monday, December 31, 2012

Los libros del 2012

No he sido una buena blogger este año. He escrito pocas reseñas y en intervalos bastantes separados. Siempre me digo a mi misma que debo escribir más seguido para el blog pero la verdad es que se me ha hecho difícil encontrar el tiempo para reseñar a conciencia y publicar algo que valga la pena publicar. No me gustan las reseñas “por encimita”; si voy a comentar algo tiene que ser en base a un buen análisis y la conclusión tiene que ser más que un simple “me gustó” o “no me gustó”. Hacer eso requiere tiempo que no tengo muy seguido porque entre el trabajo, mi tiempo obligatorio de lectura (o muero), mis otros proyectos y la vida, he ido relegando el blog. Y lo extraño de verdad.

A pesar de la falta de tiempo, no quería terminar este año sin comentarles sobre los libros que he leído y  cuáles han sido mis favoritos.

Este año me puse de meta leer 30 libros que no había leído antes, pero sólo llegué a 19. Releí algunos clásicos en vez de leer más libros nuevos porque a veces los clásicos son simplemente indispensables.

Que no había leído antes:

Los tres tomos de 1Q84 – Haruki Murakami

Wednesday, September 19, 2012

Ya se de qué tratará mi próximo post


"Lock up your libraries if you like, but there is no gate, no lock, no bolt, that you can set upon the freedom of my mind".

Virginia Woolf - A room of one's own




Thursday, September 13, 2012

Amazon, I love you


Soy bastante tradicional en lo que se refiere a mi proceso de escritura. Siempre a mano primero y luego recién en la computadora para pulir. El Scrivener es súper útil para esto, e incluso intenté empezar desde cero de esta manera en algún momento, como mencioné en un post anterior, pero luego de un tiempo terminé regresando a mi cuaderno porque las “semillas” no crecen frente a una pantalla.

En cambio, resultó que no soy una lectora tan tradicional. Me encanta el olor de los libros, la emoción con cada página que volteo, el esfuerzo por no mirar la última página, etc. Me encanta pasar horas en las librerías y las bibliotecas. Es Disney para mí. Y me sigue encantando, pero cuando Renzo me regaló el Kindle Touch por mi cumpleaños fui extremadamente feliz. Una de mis más grandes frustraciones como ávido bookworm ha sido no encontrar en las librerías limeñas los libros que andaba buscando o encontrarlos por precios exorbitantes. En Barcelona me volví loca con todas las librerías increíbles que había y los libros tan accesibles. Creo que compré mi peso en libros y tuve que dejar ropa y zapatos para poder traérmelos. Y luego, cuando regresé a Lima y me pasé tres meses buscando un libro de Sylvia Plath que no encontraba por ninguna parte, mi frustración regresó.

Y es por ahí donde el Kindle me enganchó: la posibilidad de tener tantos libros a mi disposición, libros que muchas veces no encuentro acá en Lima o que preferiría leer en su idioma original y acá sólo llegan traducidos. Además que me parece una buena forma de luchar contra la piratería y ayudar al medioambiente. Obviamente la inversión inicial es un poco cara, sin contar que hay que traerlos desde EE.UU., pero yo espero sinceramente que con el paso del tiempo estos aparatos sean más accesibles y su uso se masifique.

Ahorita estoy leyendo “A room of one’s own” de Virginia Woolf, que nunca encontré en Lima porque estaba agotado o simplemente no había. Recuerdo haber renegado horrible por cuánto se demoran en traer el último libro de Ian McEwan pero qué rápido traen Twilight y Fifty Shades of Grey. Meh.

Igual seguiré comprando libros físicos porque mi amor por ellos es eterno (hay una colección de cuentos de Edgar Allan Poe, traducidos por Cortázar y con prólogo de Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, que tengo en la mira) y además que el día que pueda publicar algo mío, obviamente voy a querer publicarlo en físico. Pero el Kindle es genial (especialmente con todos esos libros gratis porque ya son parte del dominio público), así que Amazon, I love you.

Tuesday, July 24, 2012

La Feria Internacional del Libro de Lima


Ayer visité la Feria del Libro en el Parque de los Próceres en Jesús María. Creo que escogí un muy buen momento para ir pues, a pesar de haber una buena cantidad de gente, definitivamente se podía caminar con tranquilidad y pasear entre los puestos sin mayor problema, a diferencia de los fines de semana. Además, Alonso Cueto estaba firmando sus libros en el stand de Grupo Planeta, así que firmó mi nueva copia de La Venganza del Silencio. El año pasado llevé un taller de narrativa con él en el Centro Cultural de la PUCP que estuvo genial. Le pregunté cuándo lo vuelve a dictar y me ha dicho que probablemente en este verano que viene :D.

La Feria está estupenda. Hay absolutamente de todo y a muy buenos precios. Lo único que me dio pena es que el libro que muero por tener hace tiempo Después de Babel: Aspectos del lenguaje y la traducción de George Steiner estaba agotado. El Fondo de la Cultura Económica es el único sitio que lo distribuye y dicen que no llega hasta agosto. A esperar pues. Este miércoles planeo darme otra vuelta pues de verdad un solo día no es suficiente para explorar toda la feria.

Parece que tendré unos cuantos días libres próximamente así que espero reseñar, tengo un sentimiento de culpa horrible porque mi último post es de marzo. Tengo mil ideas a medio terminar, comienzos de reseñas y notas al azar que tengo que ordenar; me he prometido a mi misma ponerme un poco de disciplina y ponerme al día con todo.

¡No dejen de ir a la Feria!

Un beso,
Meli



Tuesday, March 20, 2012

La falsa idea de fortaleza vs. femineidad y por qué me encanta Jane Eyre

De vez en cuando uno se cruza con un personaje memorable visto desde diferentes perspectivas. Para mí, uno de estos personajes es Jane Eyre. Ella es un perfecto ejemplo de un personaje fuerte, bien construido, completo, bien desarrollado y sucede que es mujer. Esto es algo que me parece incluso más importante ahora, ya que en muchos libros (películas, series y en general cualquier obra de ficción) he visto como se ha creado una dicotomía acerca de la femineidad y la fortaleza en una mujer. Al parecer, las mujeres pueden ser femeninas (según las características tradicionalmente consideradas como femeninas) o pueden ser fuertes, no pueden ser las dos. Esto de por si es enervante, porque la condición de femenino no viene de cumplir ciertas características de comportamiento, sino del simple hecho de ser mujer. Decir que una mujer no es femenina es una tontería, es imposible, pero la sociedad ha logrado separar una cosa de la otra. El resultado de esta separación son personajes polarizados, anclados en la idea de femineidad o la idea de fortaleza, que se excluyen mutuamente. Como perfecto ejemplo puedo poner a Lisbeth Salander vs. Bella Swan.

La primera es una chica fría, calculadora y aguerrida; es una mujer fuerte que lucha por sí misma y que a pesar de haber sido maltratada toda su vida, se rehúsa a ser una constante víctima y a caer en los cánones establecidos por la sociedad sobre lo que una mujer debe ser. Pero ella es el claro ejemplo de la idea retorcida de que la fortaleza no va con lo “femenino” (entre comillas porque estoy usando la palabra como un adjetivo más allá de la simple condición de ser mujer, para poder contextualizarme dentro de las ideas prestablecidas que generan este fenómeno). A medida que la historia avanza podemos ver que mientras más fortaleza el personaje demuestra, su comportamiento y apariencia se vuelve más andrógino y más feroz. Y no es que una mujer no pueda ser feroz, sino que pareciera que mientras más feroz, es menos mujer. Es quizás el único defecto que le encuentro al personaje, pues me encantó la mezcla de fuerza y vulnerabilidad que es Lisbeth, pero la despoja casi enteramente de cualquier característica que sea considerada convencionalmente femenina.

Por otro lado, Bella Swan cae dentro del cliché negativo de lo que la sociedad considera características femeninas. Es la típica “damsel in distress” que necesita ser rescatada constantemente por un hombre, que no tiene autoestima basada en otra cosa que no sea la mirada de otros, es delicada, torpe, ingenua, “pura” y bla bla bla. Todas estas características establecidas como femeninas y que no permiten ningún rastro de verdadera fortaleza. O peor, que llegan a ser confundidas como fortaleza por conseguir que el protagonista (o varios protagonistas) masculinos se enamoren de ella. Y este es mi problema. Los conceptos o ideas erróneas de lo que es fortaleza y lo que es femineidad.

Quiero aclarar que detesto las etiquetas. Estar discutiendo sobre lo que es o no es femenino me molesta bastante, especialmente porque esta discusión no debería existir si la gente respetara el verdadero significado de femenino. A mí tampoco me gustan los cánones prestablecidos sobre las mujeres y lo que se espera de ellas. Pero tampoco me gusta que para que una mujer sea descrita como fuerte, tenga que volverse un ser al extremo huraño, antisocial y con un rechazo automático para todo lo que es considerado convencional. Vuelvo a aclarar, no es que una mujer no pueda ser antisocial o rechazar lo convencional, sino que esto no es a consecuencia exclusiva de su fortaleza. Pareciera que muchas personas asumen que una mujer fuerte ya no quiere casarse ni tener hijos, le importa un pito su apariencia y no tiene inseguridad de ningún tipo. Esto es falso pues polariza a las mujeres a extremos completamente opuestos, como si una cualidad excluyera la otra. O también sucede que para construir un personaje femenino fuerte se cree una especie de reproducción alternativa de un personaje masculino ya existente, es decir, armar a una mujer hasta los dientes y ponerla a pelear como Bruce Lee (que no quiere decir que una mujer no lo puede hacer sino que esto no debería ser la señal inequívoca de su fortaleza). Lo que yo concluyo a partir de esto, es que para que una mujer sea considerada fuerte tiene que portarse como un hombre rudo.

Después de darme cuenta de todo lo anterior, Jane Eyre resalta por su excelente construcción y evolución. Según mi opinión, Charlotte Bronte tenía bien claro qué cosa significa realmente ser una mujer fuerte. Al comienzo de la historia Jane Eyre es una huérfana que es enviada a un orfanato por su cruel tía, donde sufre todo tipo de humillaciones y privaciones. A pesar de no tener un verdadero guía constante a través de la historia y ninguna fuente de cariño, Jane se vuelve una mujer derecha, educada y fuerte, y al mismo tiempo sensible y con una tremenda capacidad de compasión, comprensión y perdón. Apenas llega a la edad adecuada busca una manera de ganarse la vida de manera independiente como institutriz y a través de toda la historia su búsqueda de independencia es una característica clave de su personalidad. Jane demuestra que le frustra de sobremanera la sociedad patriarcal donde vive, en donde tiene que luchar para poder mantenerse ella sola, a duras penas, por las pocas oportunidades proporcionadas a una mujer como ella. Jane se enamora perdidamente, pero en esos momentos tampoco pierde su intención de ser independiente, incluso dentro de un posible matrimonio.

En más de una ocasión y con más de un personaje masculino, Jane se ve afectada por la tendencia patriarcal de intentar subyugar a las mujeres, incluso con el interés amoroso y héroe byronesco de la historia, Mr. Rochester. Jane siente amor por ellos pero puede al mismo tiempo hacerles frente. Es una mujer completa, con una infinidad de colores y reacciones y su personalidad o desarrollo como personaje no se ve limitado por ninguna regla prestablecida de fortaleza o femineidad.

Jane es capaz de enamorarse perdidamente, de llorar, sufrir, anhelar una familia y soñar con su ser amado pero no es el condenado títere (o estúpido tapete) que es Bella Swan. Y es capaz de enfrentar la peor de las situaciones, sobrevivir incluso el hambre y la sed y volver a comenzar de la nada sin ser una persona completamente antisocial y dura como es Lisbeth Salander. Cuando me imagino a estas tres mujeres, sólo una me parece real. Esto no quiere decir que no hayan mujeres con serios problemas de autoestima como Bella o con una corteza tan dura como la de Lisbeth, lo que quiere decir es que su condición de mujer no prestablece las virtudes o defectos que las mujeres puedan tener.

Escribir un personaje femenino que es fuerte no debería ser algo polarizado. Las personas tienen que comenzar a entender que la fortaleza es una característica más como cualquier otra atribuible a un ser humano y que no es de ninguna manera incompatible con la naturaleza femenina. Solo hace falta mirar a las mujeres en nuestras vidas o a nosotras mismas y darnos cuenta que estamos formadas por mil piezas distintas y que las cosas no son blancas y negras. Hay miles de combinaciones posibles y restringirnos a elegir entre dos posibilidades debido a una percepción retrógrada no es inteligente ni interesante.

Saturday, March 3, 2012

Scrivener: una herramienta para generación de contenido

Escribir ficción puede ser algo caótico y que requiere una organización especial: notas, referencias, investigación, cuerpo del texto, capítulos, secciones, desarrollo de personajes, líneas de tiempo, etc. Escribir no es un proceso lineal y los procesadores de texto tradicionales como MS Word no ayudan porque trabajan de manera vertical y están llenos de funciones que un escritor jamás utilizaría. Y no sólo escritores, en general cualquier persona que esté desarrollando un volumen de texto considerable, como una tesis, ensayos, guiones, etc.

Hace un tiempo el escritor peruano José de Piérola, que fue mi profesor en un taller de Narrativa en el Centro Cultural de la PUCP, publicó dos entradas en su blog acerca de las herramientas del escritor y recomendó el Scrivener como una excelente herramienta para generar contenido. En el momento no presté mucha atención a la recomendación porque me encontraba en una etapa en la que pensaba que mi “inspiración” sólo aparecía frente a una hoja de papel y un lapicero (además que para esa época sólo había Scrivener para Mac, cosa que felizmente ya cambió y se puede adquirir la versión para Windows). Toda mi vida he llevado diarios personales que siempre he escrito a mano y por eso tenía cierto recelo acerca de mi capacidad creativa frente a una pantalla. Me parecía tan impersonal y debo admitir que el MS Word me sigue pareciendo lo más frío que existe para un trabajo creativo. Ni siquiera la traducción la llevo a cabo de frente en un documento de Word (a menos que por algún motivo no haya otra opción) sino que utilizo el genial SDL Trados para traducir, generar memorias de traducción por cliente, bases de datos de términos, etc.

Pero ahora último me di cuenta que escribir a mano ya se estaba volviendo una tarea demasiado pesada y necesitaba algo que me ayudara a organizarme mejor, pues los post-its comenzaban a perderse, las notas escritas a la volada tenían una letra ilegible y me daba una flojera brutal pasar en limpio todo. Así que decidí buscar una manera más sencilla y organizada para escribir y me encontré con que el Scrivener ya estaba disponible para PC.

Scrivener permite reformatear por completo un documento, cambiar de orden diferentes partes, visualizar “desde arriba” todos los documentos, compararlos, unirlos, separarlos, añadir texto que no va en el cuerpo del texto como referencias, notas, sinopsis de cada sección y además existen herramientas como pantallas paralelas, etc.

Al crear un nuevo proyecto se ofrecen diferentes plantillas, dependiendo del tipo de trabajo a realizar. Existen tres tipos de plantillas para textos de ficción: novela, novela con partes e historias cortas. Luego está la plantilla para trabajos que no son de ficción, como tesis, investigaciones, ensayos, etc. También está la plantilla para guiones (y dentro de este grupo hay varias opciones dependiendo del tipo de guión a desarrollar), una plantilla para trabajos misceláneos y finalmente una plantilla en blanco para poder desarrollarla desde cero.

Una vez que la plantilla se ha elegido, el desarrollo del trabajo se hace placentero. Cuando escribía a mano detestaba el desorden de mis apuntes y reorganizar un texto era una pesadilla pues estar jalando flechas de acá para allá no es muy práctico y a veces uno mismo se olvida qué quería decir ese simbolito que pusimos en el margen. Alguna vez intenté con Word pero me parecía peor que escribir a mano porque simplemente no había forma de poner notas o referencias y no me permitía estructurar las cosas por partes o secciones en un mismo documento (y con esto no me refiero a los page breaks o la numeración, que es lo mismo que nada porque el punto de una sección es poder desarrollarla por separado y no de manera vertical como es en Word, que la única opción era debajo o encima del resto del texto). Para poder hacer esto tenía que crear otros documentos y al final se volvía un nudo de cosas que no podía seguir.

Se puede crear la cantidad de documentos deseada en un mismo proyecto y ordenarlos fácilmente jalándolos en el “corcho” (sí, incluso hay el corcho básico que seguramente todos hemos utilizado en la vida real). Una vez que todo esté terminado se puede compilar en el orden que hemos elegido para ponerlo en un sólo documento con un sólo click, y finalmente grabarlo en el formato que deseemos.

Recién estoy comenzando a utilizar el Scrivener pero ya me parece increíble y un gran alivio. Es obvio que este post lo he escrito en él (antes los escribía a mano y luego los pasaba a Word para una última “pulida”) y se ha hecho realmente sencillo. Se puede bajar el free trial por un mes y la licencia cuesta $40, que puedo asegurar voy a adquirir apenas se termine el periodo de prueba.

¿Alguien más ha utiliza Scrivener o alguna otra herramienta para generar contenido?

Monday, February 27, 2012

Mucho Ruido y Pocas Nueces (Much ado about nothing) de William Shakespeare

Cuando pensaba este fin de semana con qué reseña comenzar esta nueva etapa en el blog, hice una lista mental de los últimos libros que había leído últimamente. Y resulta que los dos últimos libros que he leído son: Mucho Ruido y Pocas Nueces y Sueño de Una Noche de Verano, ambas obras de Shakespeare.

Pero reseñar a Shakespeare es una tarea que me intimida un poco. Me parece que para poder hacer una reseña completa de sus obras, la persona que reseña debería tener mucho más conocimiento sobre el teatro isabelino, poesía, el inglés isabelino, etc. así que solo escribiré sobre por qué es que disfruto tanto leyendo las obras de Shakespeare, desde mi punto de vista, estrictamente personal, y comenzaré con Mucho Ruido y Pocas Nueces, que es mi comedia favorita.

Primero, un pequeño resumen de la obra: Leonato, el gobernador de Messina, recibe en su casa a Don Pedro, príncipe de Aragón, y a sus súbditos: Claudio, un joven conde que se enamora de Hero, la hija de Leonato; Benedick, un soldado que jura que jamás se casará y se la pasa discutiendo e intercambiando astutos insultos con Beatrice, la sobrina de Leonato; y Don Juan, el hermano menor e ilegitimo de Don Pedro.
Claudio y Hero se comprometen rápidamente y Benedick y Beatrice son engañados para que dejen de discutir y se enamoren uno del otro.

El principal antagonista es Don Juan, que decide arruinar la felicidad de todos y le pide a su compañero Borachio que haga el amor con la dama de compañía de Hero en la ventana de la habitación de Hero para hacer creer a Claudio y Don Pedro que ella es infiel. Claudio la humilla públicamente el día de la boda y la deja. Leonato, Beatrice y Benedick se rehúsan a aceptar estas acusaciones y deciden hacer creer que Hero ha muerto de pena.

Afortunadamente, Dogberry, el jefe de la policía local, escucha a Borachio jactándose del engaño con sus compañeros y lo arresta. Claudio se ve atormentado por la pena y la culpabilidad de saberse autor de la muerte de Hero. Como castigo, Leonato le pide a Claudio que se encargue de divulgar la inocencia de su hija y que además se case con una sobrina muy parecida a Hero. El día de la boda se descubre que Hero está viva, a lo que todos reaccionan con alegría. Aprovechando el momento de felicidad, Benedick le pide a Beatrice que se case con él y Beatrice acepta, después de discutir un momento.

Mi personaje favorito es Beatrice. Me encanta su fuerza e inteligencia, su discurso astuto y su sentido de independencia. Ella, al igual que Benedick, no es muy fanática del matrimonio. No ha encontrado a un compañero que esté a su altura y se rehúsa a someterse a los caprichos de un esposo controlador. Cuando Leonato aconseja a Hero aceptar una posible propuesta de matrimonio, Beatrice dice: “Yes, faith, it is my cousin’s duty to make courtesy, and say, ‘Father, as it please you’. But yet for all that cousin, let him be a handsome fellow, or else make another courtesy and say, ‘Father, as it please me’.”

Las constantes discusiones con Benedick muestran la naturaleza enérgica de Beatrice y en mi opinión los mejores momentos de la obra son el intercambio de palabras entre ellos:

Beatrice: “(…) I thank God and my cold blood, I am of your humour for that: I had rather hear my dog bark at a crow than a man swear he loves me”.
Benedick: “God keep your ladyship still in that mind! So some gentleman or other shall ‘scape a predestinate scratched face”.

Cuando Claudio calumnia a Hero y la humilla públicamente, Beatrice se encoleriza y lamenta que al ser mujer no tenga permitido enfrentar al agresor: “O that I were a man for his sake! Or that I had any friend would be a man for my sake”.

Benedick es otro de los personajes que disfruto mucho. Su sentido del humor y su personalidad histriónica marcan el ritmo de la obra. Además, es el único personaje masculino fuera de la familia de Leonato que pone en tela de juicio  las acusaciones contra Hero. Incluso llega a retar a un duelo a Claudio después que Beatrice se lo pide. A pesar de ser cínico y hasta cierto punto narcisista, es el único hombre que demuestra honor a la hora de la verdad, lo que es un tema importante a través de la historia.

Se supone que Claudio es el joven apuesto y noble, el príncipe azul, bueno e ingenuo y fácil de engañar. La verdad es que me parece de los personajes menos interesantes, además de que su comportamiento hacia Hero es realmente despreciable. Voy a salirme de mi lenguaje estándar para reseñar y voy a decir que Claudio es un idiota. Es un idiota que se deja engañar, hace el ridículo un buen par de veces, hace lo que se le dice y pareciera que no tiene voluntad propia. Soy consciente que en la época la mayor desgracia para una mujer era ser acusada de no ser virgen o ser infiel, pero no puedo evitar retorcerme un poco cuando Hero lo acepta de vuelta después de que Claudio prácticamente la llamó una prostituta frente a todos. Especialmente porque esta obra incluye uno de los personajes femeninos más fuertes e interesantes entre todas las obras de Shakespeare. Es en este momento cuando uno se da cuenta del contraste que Shakespeare crea entre Hero y Beatrice. La reacción de Hero es desmayarse, en cambio Beatrice dice: “God, that I were a man! I would eat his heart in the market-place.”

El tema principal de la obra es el uso del engaño para poder conseguir algo, ya sea positivo o negativo. Se puede decir que el argumento subyacente en la obra es “el fin justifica los medios”. ¿Cuántos engaños hay en la obra?
  1. Don Pedro corteja a Hero por Claudio. Hero no sabe quién la está corteando porque todos están con máscaras, así que cuando Don Pedro descubre su identidad, tiene que comunicar que la ha cortejado en nombre de Claudio.
  2. Don Juan hace creer a Claudio que Don Pedro ha traicionado a Claudio y ha cortejado a Hero para él mismo.
  3. Leonato, Claudio y Don Pedro conspiran para engañar  a Beatrice y Benedick y hacer que se enamoren.
  4. Don Juan hace creer a Claudio y Don Pedro que Hero es infiel y no es virgen.
  5. Leonato hace creer que su hija ha muerto para salvarla de la humillación.

Esta comedia me gusta tanto por su ágil ritmo, por sacarme carcajadas mientras la leía (Dogberry causó varias de esas carcajadas) y porque reta el orden social de la época. Las mujeres tienen un rol más prominente, no sólo porque Beatrice es un personaje femenino fuerte y fuera de lo común para la época y sus estereotipos con los roles femeninos, sino porque se enfoca en la naturaleza inconstante del hombre con respecto a las mujeres. En Mucho Ruido y Pocas Nueces, son los hombres quienes se equivocan y traman los engaños y enredos, normalmente atribuidos a las mujeres, que finalmente crean toda la confusión del clímax de la obra. Además, también resalta el hecho que los hombres se dejan llevar por los estereotipos del comportamiento femenino y por eso es que Claudio puede aceptar tan fácilmente la idea de que Hero le ha sido infiel. Según mi perspectiva, esta obra resalta la ignorancia de los hombres sobre las mujeres. No estoy generalizando, hay que acordarse del contexto de esta obra. Pero creo que Shakespeare comprendió algo, quizás fugazmente, sobre la naturaleza de ambos sexos y jugó con esos estereotipos para crear una genial comedia de malentendidos.


Como nota aparte, recomiendo la adaptación al cine de 1993 de Kenneth Branagh. Es fiel a la obra original y las actuaciones del mismo Kenneth Branagh como Benedick y Emma Thompson como Beatrice son excepcionales. Lo único un poco inexplicable es Keanu Reeves como Don Juan, pero aparte de él, la película es realmente excelente.

Saturday, February 25, 2012

Bienvenidos de vuelta a mi blog (la traducción absorbe)

Esta es mi primera entrada en más de medio año. Me siento bastante culpable por haber dejado en el aire este espacio que tanto me entusiasmó. Mi explicación es que la traducción absorbe. Absorbe tiempo, esfuerzo, dedicación y energías. Los últimos seis meses me he dedicado básicamente a traducir, lo que es muy bueno y no me quejo, pero tengo que admitir que me quedó tan poco tiempo libre y tanto cansancio que mi blog pasó a segundo plano.

Pareciera que el año pasado el universo se cansó de escuchar mis quejas y frustraciones sobre  mi profesión (“es tan difícil entrar al mercado, la gente no valora nuestro trabajo, quieren pagar una miseria, piensan que las cosas se hacen con el maldito traductor de Google”, etc.) que me dijo: “Tanto te quejas de no tener suficiente trabajo, ¡toma!” Estoy muy agradecida con el universo, los últimos seis meses han sido un gran paso adelante en mi desarrollo profesional, pero también aprendí a valorar el tiempo que antes desperdiciaba: las horas de leer y escribir.

Hace un par de semanas me pasó algo que jamás me había ocurrido en mis 2 años trabajando como traductora freelance: me comenzó a llegar más trabajo del que podía manejar. Acepté todo lo que pude pues todavía tengo fresco el recuerdo de las épocas de sequía y frustración y porque cuando uno trabaja como freelance, estos picos deben ser aprovechados para guardar para las temporadas bajas.

No todo salió de acuerdo a mi milimétrico plan de producción diaria. Para empezar, uno de los textos que estaba traduciendo era tan horrible (malditas resoluciones ministeriales) que no podía traducir a la velocidad planeada y me dejaba completamente extenuada. Para cumplir con la fecha de entrega me amanecí trabajando varios días. Y así fueron varios documentos: terminaba uno y había que comenzar corriendo el siguiente.

En medio de todo esto me enfermé. Me enfermé feo al punto en que terminé en la sala de urgencias un domingo por la tarde. No voy a contarles los detalles; sólo diré que mi viaje a la sala de urgencias me retrasó un día y tuve que regresar a mi casa a seguir traduciendo enferma y con fiebre.

Luego vino otra semana más de amanecidas. Un miércoles por la noche ya me sentía al borde, como un carro que funciona con el tanque de reserva. Terminé de traducir a las 7 de la mañana planeando dormir dos días seguidos. A las 7 y 30 los de la municipalidad se pusieron a podar el parque bajo mi ventana (literalmente bajo mi ventana pues no hay separación entre mi edificio y el parque). El resultado fue una crisis de llanto y mi mamá (tan linda) preparándome manzanillas para tranquilizarme y diciéndome con mucha razón que ya me había pasado de la raya con el ritmo de trabajo.

Este es mi primer fin de semana libre después de tiempo y lo estoy disfrutando al máximo. Es tan delicioso hacer ABSOLUTAMENTE NADA, aunque no pasó mucho tiempo hasta que agarré mi cuaderno y me puse a escribir. Tiempo para escribir tranquila por fin. Me había olvidado también de cuánto disfrutaba elegir los libros que quiero reseñar, leer las entradas de mis bloggers favoritos (uno de ellos tuvo la genialidad de mandarme su recién publicado libro desde México – que llegó tres meses después gracias al “excelente” servicio de Serpost- y todavía no he podido reseñarlo, ¿cómo es posible?) y poder relajarme sin sentirme culpable.

Esto de ninguna manera es una queja, querido universo, pues no quiero regresar a las épocas en que mataba el tiempo mirando el techo. El punto es que he aprendido que un equilibrio es necesario y este blog es parte de los kilos del lado de placer de mi balanza. Espero de verdad poder escribir una entrada todos los sábados. ¡Pensar que alguna vez me leí un libro por semana!

En fin, ¡bienvenidos de vuelta a mi blog!