Monday, August 9, 2010

La falta de tiempo


Es un problema constante. Existen tantas cosas que hacer que los minutos se me pasan rápido y nunca termino. Estoy intentando balancear mi vida laboral, que siempre está repleta de cosas que terminar, enviar, revisar, etc. con mi vida personal con la familia, amigos, hobbies y demás, mientras que al mismo tiempo trato de crearme un horario para escribir de forma diaria y constante. Todavía estoy tratando de encontrar el balance. La frase “tengo demasiado trabajo” se ha vuelto frecuente y me encuentro últimamente llegando tarde a mi casa y dedicando mis únicos momentos libres del día (o de la noche mejor dicho) a leer. Porque sin leer no me la puedo pasar. Escribo por partes, en hojas sueltas y cuando por ahí tengo un respiro. Hoy fue mi primera tarde libre después un tiempito y me dediqué con tranquilidad a leer y escribir. Qué bien se siente. Es como tomar agua después de estar con sed mucho rato. No me quejo de la cantidad de trabajo, me gusta mi trabajo y en tiempos como los de ahora, agradezco tener un trabajo que además disfruto, pero a veces quisiera que los días tuvieran 26 o 27 horas. Así me daría tiempo para hacer todo lo que quiero hacer durante el día. Como tomar agua más seguido, por ejemplo.

4 comments:

Paulina Aguilar Gtz. said...

Entiendo perfectamente, hay que encontrar el balance y el tiempo. A veces no se trata precisamente del tiempo, a veces es miedo de no estar a la altura de lo que imaginamos. Sin embargo, dices bien, escribir es como tomar agua, completamente indispensable para nosotros. Puedo pasar días, incluso semanas sin escribir, sabiendo lo mucho que necesito hacerlo. Me mantengo alejada de la escritura cuando estoy "cocinando" una idea (a veces las ideas necesitan tiempo para formarse y madurar). Y cuando por fin la idea está lista, el tomar la pluma y el papel (o computadora) y escribir hasta que ya no nos queden fuerzas es algo sencillamente glorioso.

Por cierto, ¿has leído La Loca de la Casa de Rosa Montero? Te lo recomiendo mucho; es entrar en la cabeza de otra escritora y entenderse un poco mejor a sí mismo.

Un abrazo.

Melissa Vizcarra said...

Hola Paulina! a mi me pasa lo mismo cuando, como tú dices, se está cocinando una idea; me paso varias semanas escribiendo en mi cabeza antes de pasarlo al papel.

No he leído La loca de la casa pero ahora que me lo recomiendas lo voy a hacer, muchas gracias por pasarme el dato y por visitarme!

Un abrazo.

Dylan Forrester said...

En cuestiones de tiempo, lamento el que me sobra para hacer muchas cosas rutinarias y pueriles y el que me falta para poder orar, para poder escribir...

Saludos.

Melissa Vizcarra said...

Hola Jorge, es cierto, a veces perdemos el tiempo en hacer sonseras. Gracias por comentar!