Thursday, June 24, 2010

Tennyson, Scott, Faulkner y la mamáma Ida

Si tuviera que elegir una palabra para describir a mi familia paterna sería ingrata. Y me incluyo dentro de esa descripción. Todos son buenísimos pero terriblemente ingratos. Especialmente la generación de mi padre y sus hermanos. Ellos se ven máximo una o dos veces al año y todos viven en la misma ciudad. Se quieren sin duda, pero son muy raros, reservados a un extremo poco saludable. Todos han sido siempre un enigma para mí, nunca se sabe que está pasando por sus cabezas. Y quizás el misterio más grande de todos fue mi abuela, no necesariamente porque ella fuera tan reservada, sino porque la familia en general tenía una relación un tanto distante, siempre evitando hablar de los temas peliagudos, estancándose en el pasado y manteniéndose dentro de su coraza.

Debido a esa relación distante de mi papá con mi abuela, yo no la llegué a conocer a fondo. Pero siempre quise saber qué había detrás de esos profundos ojos grises. Sólo conocí la superficie: sus maneras elegantes, su hábito de levantarse a las 4 am para leer, los toffees que tenía en el cajón de su mesa de noche y que todos sus nietos siempre le estábamos robando, sus deliciosos postres, las anécdotas de su infancia que le gustaba contar… Mis hermanas mayores, en cambio, sí tuvieron la oportunidad de conocerla mucho mejor y la influencia que ejerció mi abuela en sus vidas la convirtió en su indiscutible heroína.

Lamentablemente yo era muy chica mientras mi abuela estaba todavía lúcida y para cuando crecí y comencé a vislumbrar de a pocos la extraordinaria mujer que era, mi abuela había comenzado a retroceder en el tiempo, mezclando épocas y personas, aunque con la misma voracidad por la lectura y por los dulces. Finalmente murió en julio del 2005 a los 92 años.

Unos días después de su muerte, fui con mi papá y mi hermano a visitar la casa de San Miguel, donde mi abuela vivió durante más de cincuenta años y que con el tiempo se convirtió en el Macondo de mi familia, y mi tío Fernando me dijo: “Creo que sólo a ti te gusta leer tanto como a mi mamá. ¿Por qué no te llevas sus libros? Nadie más los va a querer leer.”

Y me los llevé. Más de cien libros, incluyendo primeras ediciones, libros fuera de circulación, sus libros del colegio, etc. Fue como heredar un tesoro, pues encontré verdaderas joyas de la literatura que así nomás no se encuentran en cualquier librería de Lima. Ordenando sus libros encontré Idylls of the King de Alfred Tennyson, Ivanhoe de Walter Scott en el inglés original, Luz de Agosto de William Faulkner, las obras completas de Flaubert, Dickens, etc. Todas esas obras, en especial las de Tennyson, Scott y Faulkner me abrieron la puerta a un nuevo mundo. Me enamoré por completo de Tennyson, me obsesioné con Scott y quedé fascinada con Faulkner. Es así, a medida que iba leyendo todos esos libros, que me iba haciendo una idea más clara de quién era mi abuela y resultó que soy muy parecida a ella. Definitivamente heredé mi amor por las letras de ella (además de mi madre). Creo que de toda mi familia, ella hubiera sido la más contenta con mi meta de convertirme en escritora. Me hubiera encantado tener su opinión.

Mis libros son una de las posesiones más preciadas que tengo y sé que también los suyos lo eran para ella. Por eso cuando los traje a mi casa y comencé a desempolvarlos, forrarlos y leerlos, sentí como si estuviera estableciendo una conexión más fuerte con ella. Como si ella me estuviera mirando con satisfacción. El primer día que sus libros estuvieron en mi casa, mi hermano jura que vio a la mamáma parada en el comedor. Supongo que estaba asegurándose que sus libros no se perdieran.

No hay un día que no me arrepienta de no haber superado esa distancia estúpida que había en la familia. Pero a pesar de eso, mi abuela ha dejado una huella importante en mi vida. La he conocido un poco más a través de sus libros y las notas que escribía en los márgenes. Me atrajo más al mundo de la literatura, leí y releí todos sus comentarios, sus anotaciones.

Es por eso que Tennyson, Scott y Faulkner estarán eternamente relacionados con la mamáma Ida. Ella me los presentó y leerlos me lleva siempre a pensar en ella.

No comments: