Sunday, May 9, 2010

La novela negra: Stieg Larsson y la trilogía “Millenium”

El género literario de novela negra ha sido objeto de controversias, debates acerca de su calidad literaria y estética, ha tenido cientos de representantes a lo largo de su existencia y diferentes estilos y tendencias dentro del mismo género. Hablar sobre la novela negra sería explayarme mucho más allá de un solo post, es por eso que prefiero enfocarme en su último representante exitoso.

Antes que nada, eso sí, quiero poner un poco de contexto: La característica esencial de la novela negra es que siempre trata sobre el mundo profesional del hampa, del crimen y está marcada, en casi todos los casos, por la violencia. La novela policiaca clásica (Agatha Christie, Arthur Conan Doyle) estableció las bases para el desarrollo de este nuevo género, en el que la búsqueda de la verdad es el fin último y lo más importante. Los libros de Stieg Larsson calzan perfecto dentro de la definición de novela negra pero tiene un algo especial que atrapa al lector y no lo suelta más.

Como ya he mencionado en posts anteriores, uno de los puntos más importantes de cualquier novela para mí, sin importar su género, es el desarrollo de personajes, su evolución y crecimiento. En el caso de Larsson, el personaje de Lisbeth Salander es el logro más importante de la novela. Esta chica, la indiscutible heroína de la historia, que parece ser una Pippi Longstockings con matices góticos, se lleva de encuentro el resto de personajes y de repente quizás, hasta el mismo argumento de la historia (en el primer libro). Su estado mental, consecuencia de los diferentes traumas sufridos en su niñez e incluso durante la misma historia de la trilogía, la presenta como una chica retraída pero segura y aguerrida, que le gusta experimentar sexualmente y posee una inteligencia muy por encima del promedio, además de unas habilidades tecnológicas absolutamente fuera de lo común. Y a pesar de todas estas características extraordinarias, uno se identifica con el personaje pues posee muchísimas facetas y es definitivamente, el más vulnerable de la historia.

Es a través de los ojos de este personaje que el lector de verdad espera que se haga justicia o incluso se lleva a cabo la venganza de todas las víctimas que los villanos de la historia van dejando por el camino. Es el personaje más memorable de la novela y creo que cada novela de este género tiene alguno que resalta de esta manera, ya sea positiva o negativamente. Así por ejemplo, está el legendario Dr. Hannibal Lecter de las novelas de Thomas Harris o incluso el mismo Poirot de las novelas de Agatha Christie.

Sin embargo, un problema que encuentro es el contraste que hay entre el bien construido personaje de Lisbeth con el mediocre y bastante estereotipado Mikael Blomkvist. Aparte de una o dos excepciones, Blomkvist es el único personaje masculino de la historia que no es un violento misógino con antecedentes criminales. A pesar de ser descrito como un mujeriego y encantador periodista que disfruta dándole la contra a la extrema derecha de su país, llega a volverse tedioso por su complejo de príncipe azul que tiene que salvar a todas las mujeres que lo rodean. La relación que tiene con su hija deja muchísimos cables sueltos, así como también esa relación abierta que tiene con su compañera de trabajo Erika Berger. En el primer libro, el personaje de Erika es dejado un poco sin acabar, pero felizmente se desarrolla bastante mejor en los dos siguientes, dándole la profundidad que carecía. Mikael Blomkvist es el conductor de la historia, a través de sus pasos se resuelve el misterio, con ayuda de Lisbeth, pero me parece que Larsson pudo haberlo desarrollado mejor, dándole más características humanas, más defectos de personalidad incluso. A veces parece (incluso dentro de su faceta de mujeriego), demasiado parcializado en su tarea de héroe de la historia.

Otro punto importante es la construcción del argumento de la historia. En eso no me queda más que admitir que Larsson pensó en absolutamente todo (qué, cómo, dónde, cuándo y por qué) encajando todos los eventos en la única conclusión lógica, pero al mismo tiempo sorprendente, que nos hace pensar más de una vez “eso no lo veía venir”. Me gustó muchísimo como los eventos mueven a los personajes hacia una carrera por la búsqueda de la verdad, sin que parezca que están dentro de una película de Indiana Jones. Lo que Blomkvist y Salander buscan es la simple y pura justicia, la mejora de la sociedad en la que viven.

La trilogía Millenium es un claro ejemplo de un thriller A1, que engancha al lector y nos deja queriendo más. Pero si hay alguna crítica de importancia que hacer a los libros es la descripción del mundo en el que los personajes se desarrollan. Si bien es obvio que una novela negra trata sobre el lado decadente de una sociedad y los villanos abundan por aquí y por allá, Larsson pinta a la sociedad sueca como un pueblo misógino, violento y cruel, donde la policía casi no funciona y la corrupción es pan de cada día. Al terminar de leer los libros uno se pregunta que nos queda al resto del mundo (especialmente en Latinoamérica) si en un país del primer mundo, progresista y liberal, todavía existe ese machismo y esa podredumbre, obstáculo número uno del desarrollo de un país. Y es que yo creo que aquí Larsson se tomó la ficción muy en serio. Es lo único que no llega a ser convincente. Mario Vargas Llosa dijo al respecto: “el país al que nos habíamos acostumbrado a situar, entre todos los que pueblan el planeta, como el que ha llegado a estar más cerca del ideal democrático de progreso, justicia e igualdad de oportunidades" aparece "como una sucursal del infierno, donde los jueces prevarican, los psiquiatras torturan, los policías y espías delinquen, los políticos mienten, los empresarios estafan, y tanto las instituciones y el establishment en general parecen presa de una pandemia de corrupción de proporciones priístas o fujimoristas”.

Y es que esa es la sensación que deja el libro en ese aspecto. Suecia parece estar peor que el Perú en época de Odría, Velasco o Fujimori y se me hace difícil creérmelo dentro del contexto ficcional de la historia. Pero la genialidad del argumento es tal que el lector perdona al autor esa exageración. Los logros de la obra compensan sus errores o deslices.

Mi conclusión es que Larsson nos brinda un thriller que se disfruta hasta la última página, pero que al ser un escritor amateur, deja sin pulir una que otra cosa que afectan a la historia hasta cierto punto. Pero eso no le quita el mérito, pues es desde ya uno de los mejores representantes de este género. Es una pena que tan talentoso escritor muriera joven y no desarrollara todas sus habilidades más allá, ya que ciertamente hubiera llegado a ser el maestro de la novela negra.

1 comment:

Renzo said...

Muy interesante post! Siempre me pasa que cuando me preguntan por qué algo es bueno, me faltan palabras para describir la emoción que sentí cuando lo experimenté. En este post, lograste describir por qué es que Larsson es bueno; transmitir sentimientos mediante palabras no es nada fácil, pero aquí lo hiciste muy bien. Pusiste en palabras parte de la emoción que se siente al leer a Larsson, no cualquiera podría.

Estoy completamente de acuerdo contigo en que Lisbeth es el personaje mejor construído de la historia, pero le das muy poco crédito a Mikael. Me parece que si bien pertenece al estereotipo de héroe que salva mujeres, tiene mucho más que eso. A lo largo de la historia, también él nos muestra mucho de sí mismo y nos hace ver por qué es brillante. Aunque tienes razón en que la descripción de su relación con Erika nunca termina de explicarse.

Pero volviendo a los elogios, creo que el mejor medidor para un texto genial siempre es el mismo: generar emoción y ganas de escribir. Felicitaciones por un post genial!